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Venezuela suspende oficina de derechos humanos de la ONU y expulsa a su personal

El ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela anunció el jueves que había decidido «suspender las actividades» de la oficina de derechos humanos de la ONU en el país y ordenó a su personal que se marchara en un plazo de 72 horas.

La medida se produce dos días después de que la agencia de las Naciones Unidas expresara su «profunda preocupación» por la detención de la destacada activista de derechos humanos Rocío San Miguel y pidiera su «liberación inmediata».

En un comunicado sobre X, la oficina dijo que la detención era una posible «desaparición forzada».

San Miguel, de 57 años, fue detenido el viernes pasado en la zona de inmigración de un aeropuerto de Caracas, lo que desató la indignación internacional.

Los fiscales la han acusado de participar en el último presunto complot para asesinar al presidente Nicolás Maduro, que según el gobierno estaba respaldado por Estados Unidos.

El ministro de Asuntos Exteriores, Yvan Gil, afirmó que la oficina de derechos humanos de la ONU había asumido un «papel inadecuado» y se había convertido en «el bufete de abogados privado de los golpistas y terroristas que conspiran permanentemente contra el país».

Dijo que la decisión se mantendrá hasta que la agencia «rectifique públicamente, ante la comunidad internacional, su actitud colonialista, abusiva y violatoria de la Carta de las Naciones Unidas».

La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas está presente en Venezuela desde 2019.

La detención de San Miguel se produce en un año electoral crítico en el que Maduro ya ha bloqueado a su principal rival de la oposición, lo que llevó a Estados Unidos a amenazar con volver a imponer sanciones petroleras recientemente aliviadas.

Fue arrestada junto con varios miembros de su familia que desde entonces quedaron en libertad bajo fianza.

Sin embargo, su exmarido, un soldado retirado, también fue arrestado y está acusado de supuestamente revelar «secretos políticos y militares».

Las detenciones se producen después de que las autoridades venezolanas dijeran en enero que habían descubierto cinco complots para asesinar a Maduro, que implicaban a activistas de derechos humanos, periodistas y soldados.

Maduro denuncia con frecuencia planes para derrocarlo, generalmente con la supuesta participación de Estados Unidos y la oposición.

San Miguel es el fundador de una ONG llamada Control Ciudadano, que investiga cuestiones militares y de seguridad, como la cantidad de ciudadanos asesinados o abusados ​​por las fuerzas de seguridad.

Ha detallado la participación militar en operaciones mineras ilegales y un feminicidio reciente en el ejército.

Los grupos de derechos internacionales ven en los arrestos un plan coordinado para silenciar a los críticos del gobierno y a los supuestos opositores.

Una misión independiente de investigación a Venezuela establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU –un organismo diferente compuesto por 47 estados miembros– condenó la «intensificación» de la represión contra los opositores en el país.

«Estos no son incidentes aislados, sino más bien una serie de eventos que parecen ser parte de un plan coordinado para silenciar a los críticos y a los supuestos opositores», dijo Marta Valinas, presidenta de la misión, en un comunicado el martes.

La ola de críticas enfureció a Caracas y al fiscal general Tarek William Saab, quien criticó una «campaña feroz desde el exterior contra el sistema de justicia y el Estado venezolano».

–TIEMPOS/AFP

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