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San Miguel: un sargento de la Bonaerense fue detenido por regentear un prostíbulo junto con su pareja

Nota de Federico Fahsbender para Infobae

La llamada llegó a la línea 145, empleada para recibir información, solicitar asistencia y denunciar casos de trata y explotación de personas. Fue una denuncia anónima. Quien se comunicó aseguraba que en un departamento de la esquina de Conesa y Serrano, zona de San Miguel, funcionaba un prostíbulo. Así, comenzó una investigación a cargo de la jueza federal Alicia Vence, designada a la división Trata de Personas de la Policía Federal, que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales. Había un dato en esa llamada. Describían a una fiola, una supuesta madama, una mujer de tintura rubia platinada que se hacía llamar “Brenda”.

“Brenda” tenía un socio, un hombre.

Así, los policías plantaron un agente revelador, un hombre encubierto que realizó consultas por teléfono para intentar concertar una falsa cita. Efectivamente, en Conesa y Serrano había un prostíbulo. Tres mujeres ofrecían servicios sexuales, controladas por otra de cabello platinado furioso, con turnos que costaban entre 3.000 y 5.000 mil pesos.

“Brenda” no se llamaba así. “A.” es su verdadero nombre, preservado por orden de la Justicia. El socio descripto en la llamada anónima también hacía las veces de chofer y llevaba a las trabajadoras sexuales a la tarde a bordo de una camioneta Jeep roja, una Renegade.

Con el tiempo, descubrieron su identidad, reservada también por la Justicia. Sus iniciales son J.J.G.

"Brenda" tras ser arrestada«Brenda» tras ser arrestada

“J.” también tenía una doble vida. Decir que la policía regentea la prostitución es uno de los supuestos más antiguos del hampa. Ejemplos abundan. El hombre en la Jeep Renegade roja, precisamente, es policía, sargento de la Bonaerense destinado al cuerpo de la Policía Montada en La Matanza, según confirmaron fuentes del expediente a Infobae.

El sargento, de 35 años, figura en la nómina de la fuerza desde 2015. El año anterior había cobrado sueldos de la Contaduría General del Ejército. Así, fueron por él.

“Brenda”, su novia, fue detenida en el prostíbulo. El sargento fue arrestado en su casa, también en San Miguel, donde dormía bajo un póster de un billete de 100 dólares, 33 mil pesos a cambio del día o lo equivalente a once turnos de las chicas que regenteaba. Para ser policía, J.J.G. se había olvidado de un par de cosas básicas: por ejemplo, cubrir sus rastros. Lo siguieron hasta allí por la Jeep Renegade, que dejó estacionada en la puerta.

Cuando se lo llevaron, el sargento soltó una frase curiosa. Dijo que “amaba a su mujer” y que ella era libre de prostituirse, pero explotar mujeres es otra cosa.

El prostíbulo por dentroEl prostíbulo por dentro

 

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