Nación

¿Podrá Milei realmente trasladar la embajada argentina de Israel a Jerusalén?

Al llegar a Tel Aviv la semana pasada, el presidente Javier Milei confirmó su promesa de trasladar la Embajada de Argentina en Israel a Jerusalén. El anuncio causó polémica ya que la legendaria ciudad -aunque controlada unilateralmente por el país- tiene un estatus internacional especial en consonancia con el conflicto no resuelto con los palestinos.

El traslado definitivo de la Embajada a la Ciudad Santa significaría un cambio drástico en la tradición diplomática argentina. La nación que ahora lidera Milei se ha mantenido neutral desde el inicio del conflicto tras la partición de Palestina, que dio origen al Estado de Israel en 1948. La Resolución 181 de Naciones Unidas también otorgó un estatus especial a Jerusalén, bajo la premisa de que sería un “ciudad internacional” dividida en dos partes: la occidental, bajo la órbita israelí; y la Oriental, gobernada por los árabes y considerada la capital del Estado definitivo de Palestina.

Sin embargo, desde 1967, Israel ha gobernado toda la ciudad, tras su ocupación tras la Guerra de los Seis Días. En aquel entonces, la mayoría de los países se mantuvieron “neutrales” sobre el estatus de Jerusalén (el punto culminante del conflicto árabe-israelí).

En 2017, el entonces presidente estadounidense Donald Trump sentó un precedente al convertir a Estados Unidos en la primera potencia mundial en trasladar su embajada a Jerusalén, sin que el líder republicano hiciera caso de las críticas por ir en contra de las normas internacionales.

¿Es posible?

Si Milei quiere cumplir su promesa, tendrá que superar algunos obstáculos locales, algunos de los cuales se remontan al momento en que el entonces líder Juan Domingo Perón reconoció el Estado de Israel en 1951, convirtiendo a Argentina en la primera nación de la región en hacerlo. .

El reconocimiento del flamante Estado judío se oficializó con la Ley 14.025 de junio de ese año, tras un canje de notas firmado por el entonces canciller argentino Juan Atilio Bramuglia y su entonces homólogo israelí, Carlos Grunberg.

En cuanto a Jerusalén, la ley establece que la Embajada de Argentina debe estar en Tel Aviv, como lo hicieron la mayoría de los países que firmaron la resolución de la ONU sobre la partición de Palestina. Por lo tanto, para que Milei realmente mueva físicamente la Embajada, debe impulsar la modificación del reglamento ante el Congreso.

“Es una ley que refleja negociaciones diplomáticas en las que ambos Estados decidieron que la Embajada Argentina tiene que estar en Tel Aviv. Para que esto cambie hay que cambiar la ley”, explicó el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez. Perfil. “Tiene que haber nuevas negociaciones diplomáticas, un nuevo intercambio de notas. Si no se modifica esta ley, la embajada no se puede trasladar”.

Por lo tanto, el gobierno de La Libertad Avanza debe presentar ante el Congreso un proyecto de ley para modificar la ley. Siendo firmemente minoritario en ambas cámaras, con sólo 38 diputados y siete senadores, esto puede plantear un problema para el nuevo jefe de Estado.

Sin embargo, el presidente Milei tiene otra opción: emitir un decreto de emergencia para derogar la ley o cláusula que establece la lugar de la sede de la Embajada Argentina en Israel.

Según la Constitución, el presidente puede derogar leyes mediante decreto, siempre que no regulen materias expresamente prohibidas, incluidas las penales, fiscales, electorales o de partidos políticos. Sin embargo, si elige esta ruta, el Congreso seguirá teniendo la última palabra. Por acción u omisión, puede dar luz verde o bloquear el traslado de la sede diplomática.

en minoría

De los 193 países afiliados a Naciones Unidas, apenas tres reconocen a Jerusalén como capital de Israel: Estados Unidos, al que luego siguieron Honduras y Guatemala. También está Kosovo, un Estado que no ha sido plenamente reconocido por la comunidad internacional.

La decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel en diciembre de 2017 fue cuestionada incluso por los líderes de las naciones aliadas, especialmente por sus implicaciones para el estancado proceso de paz en Medio Oriente. En una reunión de emergencia, 14 de los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU condenaron la decisión (que no prosperó ante el veto estadounidense). La Asamblea General, a su vez, aprobó una resolución para pedir a sus miembros que no sigan el ejemplo de Trump y mantengan sus embajadas donde están.

Argentina ya ratificó previamente su apoyo al estatus especial de Jerusalén, tal como lo establece la resolución de la ONU, y “lamentó” las medidas unilaterales para modificar su estatus.

La pelota ahora está en el tejado de Milei.

– TIEMPOS/PERFIL

noticias relacionadas

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba