Nación

La vida de Tiago, en riesgo por un medidor prepago

El nene de 10 años sufre de microcefalio y vive conectado a un respirador artificial las 24 horas. La empresa que le provee el servicio eléctrico en su casa de José C. Paz casi pone en peligro al menor. «Tuve mucho miedo«, relató su mamá Yésica a Crónica. 

Por Matías Resano

mresano@cronica.com.ar

La vida de otro niño electrodependiente estuvo a merced de un nuevo capricho de la compañía a cargo del suministro de electricidad. En las últimas horas, operarios de la proveedora del servicio arribaron al domicilio del pequeño, en la localidad bonaerense de José C. Paz, con el afán de extraer el medidor y reemplazarlo por uno prepago, que sólo garantiza la luz en base al monto cargado previamente.

Un mecanismo que pone en peligro la vida del menor y la de muchos chicos en su misma situación. Conectado a un respirador artificial durante las 24 horas, Tiago, de 10 años, permanece en su vivienda, de la localidad bonaerense de José C. Paz, donde continúa su tratamiento bajo internación domiciliaria, asistido por médicos y enfermeros.

El niño sufre de microcefalia, cuadro por el cual también debió recibir una traqueotomía. A su casa llegó personal de la empresa encargada del servicio eléctrico, Edenor, en la tarde del último martes, argumentando que debían extraer el medidor.

Al respecto, Yésica, mamá de Tiago, señaló a “Crónica” que “tenían una lista de domicilios en los que debían instalar el medidor prepago, entre ellos el mío”.

Ante semejante sorpresa, la mujer les consultó a los trabajadores los motivos del cambio que atentaba contra la vida de su hijo, quien es electrodependiente. Como respuesta, los representantes de la empresa expresaron que “venían a sacarnos el medidor porque era fraudulento, que estaba parado, cuando pagamos dos mil pesos o más en cada factura”.

Para llevar adelante la maniobra, los operarios necesitaban el permiso de Yésica para poder acceder a la vivienda, el cual les fue denegado por la mamá del niño. En este sentido, la joven justificó su accionar en que “tuve mucho miedo porque yo soy consciente de que sin luz mi hijo no puede estar más de dos horas”, y puede morir.

En consecuencia, ya que no les quedó otra alternativa, los empleados de Edenor se retiraron del lugar, y curiosamente horas después Yésica recibió una comunicación telefónica por parte de un importante funcionario de la empresa, quien sólo justificó lo sucedido en su casa como “un error”.

No obstante, la madre de Tiago respondió enojada que “un error de ustedes, a un chico electrodependiente puede costarle la vida”. El sistema de electricidad prepago se desarrolla en base a una carga económica realizada en forma anticipada por el usuario en cada sucursal de la compañía, de lunes a viernes.

Al completarse el crédito, el servicio se detiene, y como en el caso del niño de 10 años de José C. Paz, registrado como electrodependiente, ello puede ser vital. Una iniciativa comenzó a implementarse en los primeros días de marzo y tras los reclamos del grupo de Padres Electrodependientes, reflejados por este medio, intervino la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires.

El organismo obtuvo la promesa de eximir a los niños conectados a aparatos electrónicos de asistencia médica, la cual se esfumó en las últimas horas

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