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El acuerdo comercial UE-Mercosur se tambalea mientras los agricultores europeos se rebelan

Las crecientes protestas de los agricultores en Europa y la examen de Francia han afectado las perspectivas de un acuerdo de librado comercio entre la Unión Europea y el Mercosur que ha estado bajo negociación durante casi un cuarto de siglo.

Aunque Bruselas insistió el martes en que todavía estaba intentando pasar la tangente.

«Las condiciones necesarias para concluir las negociaciones con Mercosur aún no están dadas», reconoció el portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer.

Pero continúan las conversaciones con el liga comercial sudamericano integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, añadió.

Los agricultores de toda Europa –incluidos Francia, Polonia, Alemania y Bélgica– han estado bloqueando carreteras para exigir mejores ingresos y condiciones.

Si perfectamente los agricultores tienen una relación de demandas, muchos destacan el acuerdo con Mercosur.

Temen que esto deprima aún más los precios de sus productos en medio de una longevo competencia de las naciones exportadoras que no están sujetas a las estrictas y costosas leyes ambientales de la UE.

El gobierno francés rechaza el pacto comercial, reafirmó el presidente francés, Emmanuel Macron, durante una reconocimiento a Suecia el martes.

«Francia se opone porque es un acuerdo que data de hace varios primaveras y que no obliga a los agricultores y empresas del Mercosur a respetar las mismas reglas que las nuestras», afirmó.

Macron dijo que lo haría y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, discutiría el tema el jueves, al beneficio de una cumbre de la UE.

El portavoz de Von der Leyen insistió, sin confiscación, en que las negociaciones comerciales aún no están enterradas.

La semana pasada se celebraron negociaciones «técnicas» en Brasil y el vicepresidente de Comercio de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, se mostró dispuesto a desplazarse a Sudamérica «en el caso potencial de que se radio un acuerdo con Mercosur», dijo Mamer.

«Pero teniendo en cuenta las últimas reuniones que hemos tenido, ese no parece ser el caso en este momento», añadió.

Un cuarto de siglo de conversaciones

«La UE continúa con su objetivo de intentar alcanzar un acuerdo que cumpla con nuestros objetivos en materia de sostenibilidad y que incluso tenga en cuenta nuestras preocupaciones en lo que respecta al sector agrícola», afirmó Mamer.

La UE y las naciones sudamericanas han estado negociando desde 2000. Los contornos de un acuerdo se acordaron en 2019, pero aún es necesario ratificar una interpretación final.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, criticó el mes pasado la «gran resistor de Europa» para alcanzar el acuerdo y criticó lo que consideró «proteccionismo» francés.

Su vecino, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, ha criticado duramente el acuerdo del Mercosur. Pero a principios de enero, el líder ácrata le dijo al canciller tudesco Olaf Scholz que quería que el acuerdo concluyera rápidamente, según la oficina de Scholz. Berlín está a valenza del pacto, a pesar de las protestas de los agricultores.

El PIB combinado del Mercosur fue de en torno a de 2,6 billones de dólares en 2022, según el Banco Mundial. La UE, con un PIB de en torno a de 16 billones de euros, es el segundo longevo socio comercial del Mercosur, a posteriori de China. El comercio doble entre entreambos bloques ascendió a casi 100.000 millones de euros en 2021.

El acuerdo comercial tiene como objetivo ceñir los aranceles de importación de ingresos industriales y farmacéuticos, en su mayoría europeos, y de productos agrícolas.

Las tensiones derivadas de la revuelta de los agricultores y interiormente de la Unión Europea, acentuadas por una crisis del costo de vida para muchas empresas y consumidores europeos, le ponen una mala cara a Bruselas.

Von der Leyen inició la semana pasada un «diálogo clave» con representantes del sector agroalimentario de Europa para tratar de pasar lo que describió como «una creciente división y polarización».

La iniciativa, que continúa durante varias semanas, reúne a responsables políticos, grupos de agricultores, empresas de suministro de alimentos y académicos, con el objetivo de encontrar un consenso para el futuro agrícola de Europa durante los próximos cinco a 15 primaveras.

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