Nación

Las huelgas y los paros se multiplican a medida que aumenta la ira contra la austeridad de Milei

Los trenes se detuvieron y los hospitales quedaron funcionando con humo esta semana mientras manifestantes en todo el país protestaban contra las medidas de austeridad del presidente Javier Milei.

Los profesionales de la educación de todo el país también anunciaron que realizarían una huelga masiva el lunes, coincidiendo con el inicio del año escolar en varias provincias.

Más de dos meses después de que Milei asumiera el cargo prometiendo recortar el gasto, sus recortes masivos están pasando factura y golpeando a los argentinos en el bolsillo.

La inflación anual ha alcanzado el 254 por ciento y desde que Milei eliminó fuertes subsidios al transporte, la energía y el combustible, las tarifas del transporte público y las facturas de los consumidores se están disparando. Y eso es incluso antes de que los argentinos lleguen a las tiendas de alimentos.

Si bien el gobierno decretó un aumento del 30 por ciento en el salario mínimo para marzo, esto es mucho menos que el 85 por ciento exigido por los sindicatos – y las huelgas están aumentando.

El miércoles, maquinistas y trabajadores dejaron sus herramientas en protesta por el mísero aumento salarial del 16 por ciento que habían recibido. El sindicato La Fraternidad, que estuvo detrás de la huelga, criticó duramente al gobierno por no recurrir a la conciliación obligatoria.

El jueves, los trabajadores de la salud de los sectores público y privado hicieron lo mismo y se declararon en huelga, y sólo las salas de emergencia de los hospitales funcionaron con normalidad.

Los maestros han convocado una huelga para el inicio de clases la próxima semana, y la principal confederación laboral del país, el poderoso grupo sindical CGT, está debatiendo otra huelga general a nivel nacional.

Varias organizaciones sociales y piquetes salieron ayer a las calles para exigir una mayor ayuda alimentaria a los comedores sociales.

Preocupaciones educativas

El malestar en el sector educativo es una de las principales preocupaciones del gobierno, que quiere garantizar que las escuelas públicas comiencen el año escolar a tiempo.

Sin embargo, con las negociaciones salariales estancadas en muchas provincias, la administración Milei ahora está considerando declarar la educación como un servicio esencial, una medida que haría ilegal la huelga.

CTERA, el mayor sindicato docente a nivel nacional, dijo que sus miembros no se presentarían a trabajar el lunes en protesta por la eliminación del Fondo Nacional de Incentivos Docentes (FONID) y del Fondo de Compensación Salarial.

El paro fue convocado a pesar de que el Gobierno convocó a los sindicatos del sector a una reunión para discutir el ingreso mínimo el próximo martes en la Secretaría del Trabajo, lo que provocó que los otros cuatro sindicatos nacionales de la actividad, que a diferencia de CTERA forman parte de la CGT. , para levantar la huelga que habían anunciado.

Las conversaciones de renegociación salarial entre los sindicatos docentes y el gobierno se reanudarán a partir del próximo martes, hecho que llevó a cuatro grupos laborales asociados a la CGT a levantar una huelga previamente anunciada.

Sin embargo, la CTERA –que no está alineada con la CGT– ha prometido seguir adelante.

«La convocatoria de la reunión se retrasó intencionalmente. Todos sabían cuándo comenzaba el año escolar», dijo el jueves la secretaria general de la CTERA, Sonia Alesso, en una conferencia de prensa.

Los científicos también se han sumado a los numerosos colectivos que organizan protestas contra las políticas del gobierno.

La semana pasada se produjo una protesta de más de 500 académicos, profesores e investigadores en la ciudad de Buenos Aires, mientras los manifestantes se reunían frente a la antigua sede del Ministerio de Ciencia y Tecnología (ahora degradado a Secretaría por la administración de Milei).

También se realizaron concentraciones en las oficinas administrativas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas del CONICET en Rosario, La Plata y Córdoba. Los manifestantes se reunieron bajo el lema: “Sin becas, no hay ciencia”.

El foco de la disputa radica en los recortes financieros del gobierno de Milei al sector. Los activistas tienen múltiples quejas, pero la más crítica, en este momento, tiene que ver con el recorte de la financiación de las becas de doctorado.

La doctora Valeria Levi, vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), calificó los recortes como “sin precedentes”.

“Ningún gobierno suspendió jamás el sistema de becas. Y no es una cifra significativa del [government’s] presupuesto”, añadió.

Los manifestantes en la manifestación de la semana pasada en la capital dijeron que las decisiones del gobierno son más políticas que económicas, dado que las becas del CONICET representan el 0,008 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

El presupuesto estatal invertido en ciencia en Argentina ronda el 0,5 por ciento del PIB. En los países desarrollados –como Israel, la nación visitada recientemente por el presidente Milei en su gira por el extranjero– esa cifra ronda el tres por ciento del PIB.

– TIMES/AFP/NA/PERFIL

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