«No hay cámaras en la intersección de Bussolini e Irigoin», le informó una fuente de la investigación a El Sanmiguelino. Tampoco hay cámaras en Blasco Ibáñez e Irigoin como circuló en los últimos días. Es por el pedido de cámaras de seguridad de la mujer de Gabriel Núñez, el joven de 22 años que murió luego de estar cuatro días internado en terapia intensiva tras ser atropellado por el conductor de un vehículo que se dio a la fuga el jueves 8 de marzo alrededor de las 21.30.
La primera versión indicaba que el auto que atropelló a Gabriel y se dio a la fuga había sido una Surán color negro. Esto fue por la declaración de una mujer que vio de lejos lo sucedido. Justamente, el problema es que no hay testigos presenciales del hecho. El martes que muere Gabriel otra versión comenzó a circular: no había sido una Surán sino un Gold Trend color negro.
Sin embargo, la causa que está en manos de la UFI 4 de San Martín está avanzando con otra información. Y aquí un dato clave que hasta ahora no se había hecho público: por el impacto, el vehículo que atropelló a Gabriel dejó restos del guardabarro trasero.
La Policía Bonaerense envió ese material a analizar con técnicos de Volkswagen. Los expertos aseguraron que esos restos no pertenecen ni a una Surán ni a un Gold Trend, pero sí a una Cross Fox.
Este dato le facilita la investigación a los funcionarios judiciales, porque en la vía pública circulan muchas menos Cross Fox que Gold Trend.
Otra información que se desprende es que el vehículo no habría atropellado a Gabriel de frente, sino que lo habría rozado y el impacto lo habría arrojado al piso. De hecho, el joven no tenía ninguna factura, lo que lo terminó matando fue el golpe en la cabeza.
Respecto a las cámaras en las inmediaciones del lugar, ninguna registra una Cross Fox a 500 metros a la redonda.
