A diferencia de años anteriores, esta vez las organizaciones políticas y sociales de la región decidieron no entrar a Campo de Mayo y sí realizar el acto por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia ayer por la mañana sobre la calle, es decir, sobre la Ruta 8, a la altura de Puerta 4.
Esta determinación tuvo que ver con visibilizar los repudios a la posible prisión domiciliaria de los militares condenados por delitos de lesa humanidad. Entre los presentes estuvo Iris Avellaneda, sobreviviente de Campo de Mayo, y cuyo hijo «Negrito Avellaneda», fue brutalmente asesinado con tan solo 14 años. Sus restos aparecieron en la costa uruguaya.
Por otro lado, organizaciones del espacio de la izquierda popular marcharon aparte, desde la Plaza de San Miguel y desde Malvinas Argentinas (foto). En tanto, el 24 -aniversario del golpe de Estado cívco militar- las organizaciones de todos los espacios están convocadas para marchar a Plaza de Mayo.
Participaron organizaciones de San Miguel, Hurlingham, José C. Paz, Merlo y Malvinas Argentinas.
Respecto a las prisiones domiciliarias, la Cámara Federal de Casación Penal ordenó que Miguel Etchecolatz, de 88 años, que cumplía arresto domiciliario desde diciembre del año pasado en una casa del bosque Peralta Ramos de Mar del Plata, volviera a la cárcel común y por estas horas ya está alojado en el Servicio Penitenciario de Ezeiza.
En materia de juicios de lesa humanidad, se están llevando adelante dos procesos pertinentes a la región. Por un lado, en Comodoro Py se realiza el segundo debate oral contra los médicos que hicieron posible el robo de bebés en Campo de Mayo. Y por otro el juicio contra tres gerentes de la empresa Ford, lugar donde funcionó un centro clandestino de tortura en Pacheco. De hecho, en el acto habló Carlos Propatto, uno de los sobrevivientes y que días atrás declaró en San Martín.
