Después de cuatro años detuvieron al asesino de Natalia Rocha
El asesinato de Natalia Rocha, la joven de 16 años, conmovió a los vecinos de San Ambrosio y Trujuy en enero de 2014. Cuatro hombres -dos mayores y dos menores- la violaron y asesinaron la madrugada del 10 de enero. Después escondieron su cuerpo a la vera del arroyo Las Catonas de Moreno. Por el crimen estaba prófugo Roberto alias «Beto el Piojo» Marteau. La orden de captura fue dictada por considerarlo autor penalmente responsable del homicidio agravado y abuso sexual contra Natalia. Días atrás fue atrapado por la Policía en General Rodríguez y ahora deberá pagar por lo que hizo.
El Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires llegó a ofrecer una recompensa de entre 50 y 150 mil pesos por información de Marteau.
Natalia vivía a pocas cuadras de donde moriría, sobre la calle Juan Manuel de Rosas al 600. Los múltiples delitos ocurrieron en la casa de Marteau, ubicada en la calle La Quiaca y Guaraní en el Barrio San Ambrosio, de la localidad de Bella Vista. El homicida junto con Gonzalo Emanuel Ortiz, alias “El Gordo” y dos menores de edad, ya condenados en juicio oral, se aprovecharon del estado de ebriedad que presentaba la víctima.
Según surge de la investigación y de los distintos estudios forenses, la agredieron sexualmente de manera alternada y por un espacio no menor a una hora, con acceso carnal vía vaginal y anal, y dándole golpes de puño en su rostro y en el cráneo, con algún elemento romo y duro no determinado. Le causaron un traumatismo encéfalocraneano grave, lo que provocó su muerte.
Después, con el cuerpo envuelto en sábanas y cortinas con su rostro totalmente tapado con bolsas y trapos, la colocaron en el baúl del Ford Falcon, patente XJB-662, color verde de Marteau. Llevaron el cuerpo hasta inmediaciones del arroyo Las Catonas, en la localidad de Moreno. Ahí arrojaron el cadáver de Natalia, en medio de la basura, también lo prendieron fuego para deshacerse de toda prueba. Pero horas más tardes, la Policía encontró el cuerpo con las piernas incineradas.