Nación

Una escuela recuperada con inclusión social en Los Polvorines

Cuando los dueños anunciaron el cierre de la escuela Don Bosco en 2001, padres y docentes formaron una asociación civil para salvar la institución, que ocho años después sigue funcionando con su eje primitivo: la inclusión educativa. “¡Cómo iban a cerrar la escuela! Los trabajadores nos empezamos a juntar a finales de 2001 desesperados para ver qué hacíamos, teníamos un mes para decidir cómo seguir”, explicó a Revista Malviticias Lorena Pérez, docente del Don Bosco. Luego del atentado a las Torres Gemelas y en medio de la caída del ex presidente De La Rúa nació la Asociación Civil Hacia Nuevos Rumbos.
La Argentina y el mundo eran una locura pero un grupo de hombres y mujeres con altruismo y sobrada voluntad le pusieron el cuerpo a lo que sería sino una pérdida enorme para la comunidad de alumnos que asistía a la escuela. El colegio Don Bosco nació hace 15 años como un establecimiento privado y siempre se rigió por el principio de inclusión, esto significa que alberga a escolares con discapacidades físicas o dificultades emocionales. La institución ofrece jardín de infantes, EPB (escuela primaria básica) y ESB (escuela secundaria básica). De los 260 niños de EPB y ESB son más de 40 los que tienen capacidades diferentes.

En el 2002 cuando el Don Bosco se convirtió en una escuela recuperada muchos docentes decidieron irse y se les pagó indemnización. El resto intercambió su resarcimiento económico por tener el alquiler del establecimiento pago por 4 años y los docentes que se quedaron y formaron la asociación, que no fueron todos ni estaban obligados, destinaron muchas veces su salario en beneficio de la causa.

«El colegio Don Bosco ofrece servicio educativo a 300 alumnos y fuente laboral a 36 docentes»
-Malviticias: ¿Cómo fue para los docentes hacerse cargo de una escuela?
-Lorena Pérez, docente y secretaria de la asociación
: Venían los padres a pagar la cuota y teníamos que tener una figura legal. Al principio nos costó mucho, en el primer año bajamos la cuota para que muchos papás pudieran seguir mandando a sus hijos a la escuela.
-Héctor Covito, profesor de proyección: Teníamos mucha burocracia de papeles, no podíamos levantar la cabeza, había que sostener al personal, angustiaba resolver la situación. Ahora estamos más organizados y es más fácil.
-Lorena Pérez: Tuvimos que aprender la cuestión administrativa. Estábamos muy inmersos con que el sueldo no estaba, venían los servicios para pagar. Y al principio no teníamos subsidio del Estado, que llegó en 2006. Teníamos que financiarnos sólo con las cuotas. Después aprendimos a trabajar en red, nos incorporamos a la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de la Provincia de Buenos Aires.
«El Don Bosco está ubicado en la calle Artigas 161 de la localidad de Los Polvorines y necesita un semáforo con intersección ruta 8»
UN LUGAR PARA TODOS

-“Todos tenemos necesidades distintas a los demás, hay nenes con hipoacusia, trabajamos con distintas escuelas, hay nenes que por ahí tienen dislexia, mensualmente hacemos proyectos para trabajar en el aula. Hay algunos que necesitan maestras integradoras, psiquiatras, psicólogos”, explicó Lorena Pérez. y contó el caso de Emanuel, un chico con problemas de autismo: Ahora está en primer año, viene todos los días al salón con su maestra integradora, tiene los contenidos adaptados. El nene necesita socializar y para él es muy importante estar en una escuela. Él está fascinado. Una vez estaban jugando en quinto año a las escondidas y él se fue corriendo a esconder. Las maestras nos poníamos a llorar, porque esto por ahí no lo pudo lograr en otro lado. De otros lugares él se tuvo que ir, porque le dijeron que no era un lugar para él.
-Malviticias: ¿Cuáles son las patologías más frecuentes con las que trabajan?
-Lorena Pérez: Todas las patologías que están relacionadas con lo emocional son muy difíciles de llevar y últimamente son bastante frecuentes, la parte emocional no depende de un remedio. Hay muchos alumnos que fueron echados de varias escuelas. Trabajamos con el entorno, hacemos entrevistas. Hay padres que no se dan cuenta porque trabajan todo el día, tienen dos millones de cosas y están sobrepasados. Había un nene que no se comunicaba en primer grado, el padre decía que era tímido. Derivamos al psicólogo y se hizo un diagnóstico. Tenía un trastorno de desarrollo, además de lo emocional y hoy es un chico que está jugando con otros. Hasta que me dijo Hola seño pasaron tres meses.

De izq. a der. Mariano Triulzi, profesor de matemáticas; Lorena Pérez; señora Norma, dueña del kiosco de la escuela; Héctor Covito y madres de alumnos en congreso de la UNGS.

-Malviticias: ¿Cómo tratan a los alumnos medicados?
-Lorena Pérez: Nosotros presionamos a la familia para ayudarla y buscar todas las posibilidades y si hay que medicarlos se los medica, pero no queremos a todos los nenes medicados. Un término que utilizamos es enchalecado medicamente, es un chaleco de fuerza imaginario, que es una pastilla. Para muchos es más cómodo así. Para nosotros no. La idea es hacerlo tratar, si el nene necesita expresarse que lo haga.
-Malviticias: ¿Qué propone el Don Bosco diferente a otras escuelas?
Lorena Pérez: Hacemos mucho hincapié en la expresión artística y en las nuevas tecnologías. La otra vez corrían mucho y entonces propusimos encastrarnos, jugar con bollitos, con masa. Muchos padres piensan que si no está en el cuaderno no sirve, pero es el contenido que los chicos se llevan puesto. El nene tiene que canalizar los nervios que se está comiendo de algún lado. Una vez dibujaron todo el patio y después giraron con todo el cuerpo y se mancharon todos. En un acuerdo que hice con los papás les comuniqué que algunos días se iban a ir sucios. Es mi manera de trabajar.

-Malviticias: ¿Reciben a alumnos que no tengan patologías emocionales o sin discapacidades físicas?
-Lorena Pérez: Sí, claro. Cuando un papá nuevo viene a la escuela les informamos. Entre los alumnos no se ven las dificultades, los problemas lo ven los papás. Y preguntan si están en otro salón, estamos todos juntos. Hacemos inclusión. Así como a otros les cuesta más lengua o matemáticas, algunos tienen problemas físicos. Del Don Bosco egresó una nena con síndrome de down. Hay nenes con patologías raras. Había nenes con mielo, donde se les llena la cabeza con líquido. PAMI les pagaba. Es importante asesorar a los papás, porque si tienen certificado de discapacidad el Gobierno les da todo gratuito.

HACIA NUEVOS RUMBOS

-Malviticias: ¿Cómo ven el futuro del colegio Don Bosco?
-Lorena Pérez:

Soñamos con abrir el turno de la tarde, tener un lu
gar propio y más aulas pero que el lugar sea alquilado nos pone un montón de trabas. -Héctor Covito: Tenemos que decidir este año si vamos a tener secundaria o si seguimos así. Hay muchas cosas en las que tenemos que trabajar. Empezamos con un problema, entonces, los problemas no nos asustan.

-Julián Escujuri, profesor de Educación Física: Yo aposté y hasta que no termine esto no me voy, independientemente de lo que pase en mi vida. Tengo el apoyo de mi familia gracias a Dios y me quedo acá, más allá de que cobre o no cobre sueldo. Esto para mí es un estilo de vida. Me llevo todas las satisfacciones, compartimos un montón de cosas con los pibes, mi materia es la que más les gusta a los chicos. Uno sigue apostando al proyecto educativo. Yo trabajo en escuelas estatales y es otra cosa. Mientras tenga una luz de esperanza voy a seguir.
-Elvi Ríos, directora de la escuela y presidenta de la Asociación Hacia Nuevos Rumbos: Trabajamos en un seminario en la Universidad General Sarmiento que nos ayudó a poder empezar a pensarnos como una escuela recuperada, más allá de lo cotidiano, de las clases, de la elección de los docentes, todo lo que tiene que ver con lo pedagógico. Muchas veces se pierde de vista por qué la escuela está funcionando. Está funcionando por la organización y por la asociación. El compromiso está desde el trabajo, hay gente que se sumó, la asociación empieza a crecer y a pensarse hacia el futuro.


Elvi Ríos, directora de la escuela y presidenta de la Asociación Hacia Nuevos Rumbos.

FINANZAS DE LA ESCUELA
El Don Bosco paga 4800 pesos de alquiler y a fin de año prevén una nueva suba por la renovación del contrato. El déficit estimado será de 9000 mil pesos mensuales. Cuando uno habla con las autoridades del Don Bosco escucha los proyectos y el entusiasmo que le ponen a sus tareas, pero en la mirada se les advierte la preocupación por el futuro de la institución. La UNESCO señaló que inclusión educativa es responsabilidad de toda la sociedad. Entonces: Empresas con responsabilidad social empresaria y el Estado que no puede ofrecer una currícula de este tipo -porque el colegio Don Bosco se hace cargo de muchos niños y niñas que son rechazados de otras escuelas-, deberían hacerse ocuparse y ayudarlos a encontrar un lugar propio para seguir con este trabajo que enriquece a la comunidad educativa y nos hace pensar y sentirnos orgullos de estos maestros de la vida.

*Para comunicarse con el colegio Don Bosco puede llamar al teléfono 4451-1602 ó escribir a c.donbosco@yahoo.com.ar
** Publicado en el N° 4 de Revista Malviticias, septiembre 2008 ●•
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