San Miguel

San Miguel: Barrio Manuelita por la memoria

El domingo se  realizó un acto en homenaje a dos seminaristas desaparecidos durante la última dictadura militar: Carlos Di Pietro y Raúl Rodríguez. Organizado por la Comisión de la Memoria de Barrio Manuelita, en la plaza Nilo Arriaga se descubrió una placa en su recuerdo, y se recordó además a Elena Vacas, Daniel Fortunato, Eduardo Bossetti y al Padre Jorge Adur.

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En la plaza Nilo Arriaga de Barrio Manuelita de San Miguel, se llevó a cabo una conmemoración por la desaparición de dos seminaristas asuncionistas de la comunidad: Carlos Di Pietro y Raúl Rodríguez. Además, se recordaron a Elena Vacas, Daniel Fortunato, Eduardo Bossetti y al Padre Jorge Adur. La misma fue declarada de interés por el Concejo Deliberante el pasado jueves, bajo la declaración número 5 (Expediente Nº 600.014/12), y su conducción estuvo a cargo de Carlos Puricelli.

El acto inició con una entrega de cuadros en recuerdo a los familiares de los desaparecidos. Luego, el periodista Fabián Domínguez prosiguió a contar sus avances en las investigaciones de los desaparecidos del barrio, y compartió una grabación del Padre Adur, grabada en 1980, para la entonces llamada Capilla de Jesús Obrero. “No se llamaba San Francisco Javier, como ahora. Se pierde, o se quiere borrar, la memoria en el ‘76, después de la desaparición de los seminaristas.”, explicó Fabián Domínguez. En esta grabación, el Padre Adur explica las razones por las que acepta ser Capellán de los Montoneros, además que recuerda a sus compañeros desaparecidos y a las comunidades por las que pasó.

El secretario general de la UNGS, José Gustavo Ruggiero, también pronunció algunas palabras, reconociendo la importancia y dificultad de mantener actividades relacionadas con la memoria en los barrios. “Reivindicar las razones de la lucha de los compañeros de los años ’70 no ha sido nada fácil durante los ’80 ni aún en los ‘90”, recordó Ruggiero, a su vez que lo contrastó con la actualidad: “Escuchar la valentía del Padre Adur al decir que pertenecía a la agrupación política Montoneros, y que hoy nosotros podamos estar en esta plaza, en un ámbito abierto, público, y decirlo sin temores”.

Boris Casanova, el director de Derechos Humanos de San Miguel, quién respondió a uno de los pedidos del Padre Adur en la grabación: “Yo creo que nos estamos levantando, que ya somos más, ya hay más de 300 juicios de lesa humanidad, ya hay muchos compañeros en la calle y en solaridad en La Plata. Compañero Adur, quédese tranquilo, acá estamos y vamos por más”. Luego reflexionó acerca de las elecciones de Venezuela y lo sucedido en el programa de Jorge Lanata, como movimientos en contra de las políticas populares.

Algunos familiares contaron testimonios sobre la vida de los desaparecidos. Rodolfo Gallo, teólogo franciscano e íntimo amigo de Eduardo Bossetti, dijo “el cristianismo es la religión de la memoria. Lo que hace Jesús en la última cena es un memorial, nos manda a recordar”. Refiriéndose a su historia en la militancia peronista, Gallo recuerda su llegada a San Miguel en el ‘78, donde fue acogido por la familia Bossetti: “Es una familia de bien, de dinero, y yo, un pobre rasca, iba a su casa. Y los Bossetti me abrían la mano, y me invitaban a pasar las festividades con ellos”.

Ana Adur, sobrina del Padre Adur, habló sobre las dificultades recorridas para reconstruir la historia de su tío, y Francisco Arrua, Kelo y Antonio Fernández, representantes de la comisión por la memoria, contaron anécdotas sobre su militancia y agradecieron a la concurrencia. “La idea que tenemos es que estas comisiones de memoria sean creadas en los demás barrios, queremos que en cada uno de ellos halla un mojón de recuerdo y memoria”, dijo Arrua. Se descubrieron las placas en conmemoración a los desaparecidos, y el acto finalizó con la presentación de la murga “Los amigos del Centro”.

EL PADRE JORGE ADUR

El sacerdote nació el 19 de marzo de 1932 en Nogoyá, provincia de Entre Rios, hijo de Juana Dominga Bernachea y de Manuel Adur. Al momento de su secuestro era religioso e integraba la Organización Montoneros. Figura en la Conadep con el numero de registro 4000.

Jorge había sido preceptor de novicios en la Congregación de Religiosos de Asuncionistas en Chile en el año 1969. Estudió en el Colegio Nacional de Nogoyá y en la Escuela Apostólica de los Religiosos Asuncionistas en Olivos, Provincia de Buenos Aires. Los cursos de Filosofía y Teología los realizó en Chile.

Fue fundador de las Juventudes Independiente Católica, en 1970. Era miembro de la Organización de Padres del Tercer Mundo y consejero de grupos parroquiales de la juventud y de Acción Misionaria. Era padre titular de las Iglesias de San Isidro y Olivos, Provincia de Buenos Aires y responsable de la Pastoral de las Vocaciones en la Argentina.

Después del golpe militar, se exilió a Francia, pasando a residir en la Congregación de los Religiosos Asuncionistas en París. Era Capellán del Ejército Montonero. Cuando viajó a Brasil en 1980 debía reunirse con diferentes grupos de varios países de América Latina, particularmente cristianos que estaban comprometidos con la lucha sindical, familiares de desaparecidos y de presos políticos argentinos y otros movimientos religiosos, luego presentarían al Papa un reclamo sobre las injusticias sociales y las persecuciones políticas en América Latina.

Según sus allegados,  Adur fue secuestrado el 26 de junio de 1980 en Paso de los Libres/Uruguayana cuando viajaba a Puerto Alegre.

Ese mismo día y en ese mismo lugar secuestran a Lorenzo Ismael Viñas quien se dirigía a Río de Janeiro en la empresa de transporte brasilera Pluma, en el autobús 7825, boleto 93034. Adur y Viñas viajaban en sendos asientos nº 11.

Cuentan que ambos fueron llevados al Centro Clandestino de Detención conocido como «La Polaca», un campo de unas 40 has. ubicado a la vera del río Uruguay y a pocos kilómetros de la ciudad correntina de Paso de los Libres.

El predio La Polaca fue utilizado cuando comenzaron a producirse los secuestros de militantes de la organización Montoneros que regresaban al país en el marco de los que se llamó la «contraofensiva Montonera».

Por estar muy cerca de la frontera, «La Polaca» era un lugar discreto para los traslados de detenidos desde Brasil. De lo contrario había que cruzar toda la ciudad hasta llegar a la zona donde estaban los distintos regimientos.

Actualmente, el Juzgado de Paso de Los Libres tiene en su poder causas que investigan secuestros sistematizados, torturas y muerte en ese predio.

Silvia Tolchinsky, secuestrada y durante su cautiverio en una serie de quintas situadas en las inmediaciones de Campo de Mayo vio a Lorenzo Viñas y pudo escuchar los gritos bajo tortura de quien supone era el cura Adur.

En aquella época, Paso de los Libres contaba con Aeronáutica; el Batallón y el Regimiento de Infantería del Ejército; Gendarmería; Prefectura; Policía Federal; Policía de la Provincia y el Destacamento 123 de Inteligencia. Cada uno de ellos con sus respectivos grupos de inteligencia.

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