Cultura

Quedó inaugurada en el microcentro la mega escultura «Mamá luchona» de Gabriel Chaile

El artista argentino radicado en Portugal, Gabriel Chaile, presentó su escultura monumental «Mamá Luchona» en el centro cultural Arthaus, en el microcentro porteño, una pieza de cuatro metros de alto dedicada a las madres solteras de Tucumán -su ciudad natal- primera obra que instala en Buenos Aires luego de su exitosa participación en la Bienal de Venecia.

«Esta obra es muy importante para mí. Yo quería que sea la madre de todas mis esculturas. Como en las sagas de las películas que aparecen personajes en precuelas, así la pensé. Está recubierta de un montón de huevos y tiene una cara simpática, como si estuviera en una transformación, a punto de lanzar esos huevos como misiles», dijo Chaile durante el acto inaugural.

Una pequeña multitud asistió en el mediodía de este viernes al espacio ubicado en Bartolomé Mitre 434, donde la escultura quedó emplazada, justo en el ingreso al edificio, ya que será una de las obras permanentes del centro cultural que abrirá al público en 2023 y donde se emplazará también «El baptisterio de los colores», otra mega instalación del colectivo Mondongo, que integran Juliana Laffitte y Manuel Mendanha.

«Es la primera vez que una obra mía queda en un lugar de manera permanente y lo siento como un logro -mío y de todo mi equipo- que sea en Buenos Aires donde viví 10 años», contó Chaile, afincado en Portugal, sobre la obra realizada inicialmente en pandemia, para exhibirse en la Trienal New Museum de Nueva York.

Cuenta el artista que «pensarla, hacerla y trasladarla en pleno Covid fue super difícil. La pieza viajó a Bélgica y luego a Nueva York, para terminar en un barco que la trajo hasta acá. Tiene sus millas».

«Pensarla, hacerla y trasladarla en pleno Covid fue super difícil. La pieza viajó a Bélgica y luego a Nueva York, para terminar en un barco que la trajo hasta acá. Tiene sus millas»Gabriel Chaile

Además, la pieza está realizada con la cerámica: «una cerámica que yo miro con mucha atención desde hace muchos años, una cerámica que está empolvada y abandonada en la mayoría de los espacios culturales. Esta obra es dar importancia a las culturas originarias que son parte de nuestro país y que aun siguen vivas. Este trabajo acá es una evidencia de eso», añadió frente a su audiencia el artista oriundo de Tucumán, donde nació en 1985.

Sobre la escultura

En la obra «Mamá luchona» (2021), una estructura de hierro, adobe, huevos, alambre y yeso de cuatro metros de alto por dos de ancho, «Chaile transmuta formas de objetos indígenas que fueron saqueados y reunidos en museos antropológicos para crear sus propias formas híbridas con reverencia y humor», en palabras de la curadora de la Trienal New Museum, Margot Norton.

Esta «madre» de todas sus esculturas anteriores se basa en una forma encontrada en la cerámica de Condorhuasi, 400 años antes de Cristo, en la provincia de Catamarca, que el artista desde hace mucho tiempo admira y describe como entre dos estados, como si estuvieran a punto de convertirse en otra cosa, esa «transformación» a la que hace referencia.

El título de la escultura proviene de una expresión utilizada en diferentes regiones de Argentina y América Latina para referirse tanto a las madres solteras que se esfuerzan por cuidar a sus hijos como, peyorativamente a las madres jóvenes que no renuncian a su derecho a los placeres y las fiestas.

«Mamá luchona» recurre a símbolos de vida y fertilidad: los huevos adornan el cuerpo de la escultura, como si fueran un arsenal de municiones que pudieran ser arrojadas para atacar. Con esta producción, Chaile «retrata un poderoso y doloroso proceso de transformación, y la situación formativa a través de la cual se aprende a luchar por la vida que se quiere», dice Margot Norton.

El trabajo de Chaile se nutre de imágenes ancestrales, se concentra en la búsqueda de sus raíces y se conecta con la cultura popular, con comunidades marginales y con élites globales, que son las que hoy compran ese trabajo. Sus hornos de barro, de adobe, también son pájaros, y son forma humana, y en ellos cocina y ofrece alimento a quien lo necesite, como las luchonas.

Por estos días, el joven artista exhibe otra serie de sus obras en la Bienal de Venecia, que se desarrolla hasta el próximo 27 de noviembre en la ciudad de los canales: es el único argentino presente, entre más de 200 artistas de 58 países, en la exposición central de la bienal «La leche de los sueños» (The Milk of Dreams), frase de Leonora Carrington.

Allí, Chaile exhibe un conjunto escultórico de cinco piezas monumentales y antropomorfas -miden entre seis y tres metros y pesan más de 300 kilos- concebidas como retratos de su constelación familiar: cada uno lleva el nombre de sus abuelos, su madre y su padre.

Realizadas en arcilla sin cocer, estas piezas antropomorfas, de materiales austeros son un homenaje a su propia historia personal y una reivindicación a la cultura popular en la que se formó.

Hay algo ancestral en esta constelación, que toma la iconografía de comunidades precolombinas, con la que busca visibilizar y dar voz a los pueblos opacados por la historia y las estructuras de poder. Este conjunto fue adquirido por el coleccionista y empresario argentino Eduardo Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), por lo que la serie de piezas construidas en barro se verán pronto en Argentina.

La obra «Mamá luchona» fue concebida en plena pandemia. Entonces, Chaile estaba en 2020 en Lisboa, a donde había viajado por un mes para realizar una obra especialmente para un colector. Pero comenzó el aislamiento y encontró la manera de seguir produciendo arte. Hoy, la capital de Portugal es su hogar permanente.

«Mamá luchona» es formalmente la primera acción del edificio ubicado en pleno microcentro porteño que abrirá sus puertas en 2023 pero que arranca ahora, en este 2022, su programa de actividades.

La inauguración comenzó con las palabras de Andrés Buhar, empresario, músico, coleccionista y fundador de Arthaus, nuevo centro de producción cultural que conjuga propuestas de producción, experimentación y exposición con incentivos y concursos para artistas contemporáneos de diferentes disciplinas.

«No habrá en estas salas una colección permanente, pero sí algunas obras emblema como la de Mondongo, como un mural de Mariano Molina en lo que será el restaurante, y como la Mamá luchona de Chaile, que la compré sin saber muy bien dónde la iba a instalar, entusiasmado por su potencia», dijo Buhar.

«Acá le dará la bienvenida a los visitantes», añadió el fundador de Arthaus Central, un antiguo banco refaccionado que incluirá sala de exposición, laboratorios de creación, auditorio multidisciplinar de conciertos, cine, artes escénicas y performance, en el acto acompañado por Andrés Duprat, director del Museo Nacional de Bellas Artes, y Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño.

Con Andrés Buhar como director general y María Teresa Constantín en artes visuales, Arthaus contará además con un rooftop con una singular propuesta gastronómica y vistas a la Plaza de Mayo y las cúpulas icónicas de Buenos Aires.

En la misma terraza se emplazará un baptisterio, obra abierta e interactiva de gran formato, realizada por el Grupo Mondongo, compuesto por más de 3 mil piezas de plastilina de colores.

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