Cultura

«Palabras semilla», un libro álbum que aborda el acoso escolar y la discriminación

«Palabras semilla» fue escrito por Magela Demarco.

El libro álbum «Palabras semilla», escrito por Magela Demarco e ilustrado por Caru Grossi, indaga la importancia del discurso para reflexionar sobre cómo las infancias se relacionan entre sí, a partir de la metáfora de las palabras como semillas que «hacen germinar» sentimientos e incluye una guía de actividades para trabajar las problemáticas de discriminación y acoso escolar.

La historia pone la lupa sobre las palabras para pensar cómo las usamos y qué impactos pueden tener. «Las palabras, miradas y gestos que uno dice e insinúa a la otra o al otro causan dolor físico. Y como cuando somos chicas y chicos no somos conscientes de esto, busqué abordarlo desde el poder que guardan nuestras palabras, miradas y gestos. Para bien y para mal», cuenta Demarco en entrevista con Télam.

«Las palabras, miradas y gestos que uno dice e insinúa a la otra o al otro causan dolor físico. Y como cuando somos chicas y chicos no somos conscientes de esto, busqué abordarlo desde el poder que guardan nuestras palabras, miradas y gestos. Para bien y para mal»

El proceso de escritura de este libro, publicado por el sello «La brujita de papel», surgió a partir del chat escolar que la escritora comparte con madres y padres de los compañeros de su hijo, donde expresaban que muchos niñas y niños «habían sido burlados por determinada ropa que se ponían, por su nacionalidad, por su peso«.

«Como madre, esto me preocupa. No debería seguir pasando. Se supone que como civilización deberíamos ir evolucionando, aprendiendo de los errores y las atrocidades que cometimos en el pasado», dice Demarco, autora de otros títulos infantiles, como «Un papá intermitente» o «Sola en el bosque».

«Veo a las palabras que decimos, a las miradas que esbozamos y a los gestos que insinuamos como semillas que vamos esparciendo y sembrando en los corazones de las demás personas. Semillas que germinan en forma de pimpollos, flores y frutos si son palabras y gestos amorosos o en forma de espinos, abrojos que nos pueden hacer daño, si son palabras que lastiman», señala sobre la metáfora que plantea la historia de «Palabras semilla».

Sobre las actividades que incluye el libro, a las que se accede escaneando un código QR, su responsable, la educadora Ivana Rugini, explica que «fueron pensadas para propiciar momentos de introspección en los que cada una y cada uno pueda ir a su historia y cotejar lo feo que ha vivido, pero también poder ver las palabras bellas, las miradas de aceptación y los gestos amorosos que le han ayudado a afianzarse».

De esta manera, considera Rugini, «se abre el espacio para que docentes, madres, padres y profesionales de la salud puedan indagar si niños o jóvenes han sido víctimas o victimarios de alguna situación de este estilo».

La guía funciona como «un plus con actividades concretas para facilitar la apropiación del concepto de empatía, una de las tantas habilidades sociales que se deben aprender y enseñar. Es un error creer que ponerse en el lugar del otro es algo que todos tenemos incorporado», señala la pedagoga.

Las creadoras del libro tuvieron en cuenta, en primer lugar, la necesidad de «limpiar el dolor acumulado en el interior, para eso -subraya Rugini-, se debe conocer lo que hace doler y por este motivo la guía comienza con la pregunta: Para ustedes, ¿qué palabras funcionan como flechas o como piñas en el estómago?».

La idea, agrega, fue «invitar a los niños y a los jóvenes a cuestionar las formas naturalizadas de relacionarse y basarnos en la autoestima para promover el tratar a los otros como te gusta que te traten».

Por su parte, la ilustradora de «Palabras semillas», para quien el dibujo es «una mezcla de pasión y refugio», eligió ser «un poco más literal en algunas de las ilustraciones» de este trabajo y enfatizar las emociones de cada personaje: «cómo estas se modifican a lo largo de las páginas, a medida que las palabras, los gestos y las acciones cambian».

Grossi trabaja adrede corporalidades diversas: «poder dibujarnos en todas nuestras singularidades permite empezar a nombrar la importancia que esto tiene, como sociedad solemos mirar raro o discriminar al distinto y resulta que absolutamente todas y todos lo somos -dice-. Nos podemos vestir iguales, usar cierto tipo de lenguaje, pero cada ser es diferente al otro y esto tiene un valor inmenso que no nos han enseñado ni a ver, ni a expresar. Tenemos que alimentar este ser único y singular que somos».

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