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Kulfas: «El acuerdo es una instancia importante para dar previsibilidad»

Las posibles alianzas políticas tras las disputadas elecciones portuguesas

Tras cuatro años de gestión del socialismo, que incluyó crecimiento económico y una exitosa política sanitaria frente a la pandemia del coronavirus, no está claro quién gobernará Portugal tras las elecciones anticipadas de mañana que se prevén muy reñidas.

Lo que es seguro es que no será con mayoría absoluta, por lo que solo pueden deducirse posibles alianzas políticas.

Andrés Malamud, politólogo argentino especializado en Portugal, explicó a Télam que en términos de gobernabilidad, políticas sociales y económicas, el triunfo electoral del PS sin mayoría absoluta no conllevaría cambios «substantivos, dado que las principales políticas públicas portuguesas no son controvertidas».

Aunque indicó que «en términos administrativos puede dificultar la aprobación y ejecución del presupuesto», un escollo que sufrió Costa en octubre pasado y detonó en la decisión del presidente, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, de disolver el Parlamento y adelantar para mañana las elecciones previstas para 2023.

«El PS necesitaría, tal como lo hizo hasta ahora, del apoyo parlamentario, pero no de una coalición de gobierno», aseguró Malamud, quien resaltó que «el PS gobierna solo, sin mayoría absoluta, desde 2015 y lo que deberá hacer es negociar con la izquierda o derecha para aprobar sus proyectos en el Parlamento».

De hecho, Costa admitió el martes en una entrevista con la emisora pública Antena 1 que no es previsible un Gobierno con mayoría absoluta y aseguró que gobernaría en solitario, negociando cada ley caso por caso o con el apoyo de un pequeño partido.

Pese a que todo indica que los puentes entre el PS y sus aliados de izquierda se rompieron, «Costa no tiene una mala valoración popular, por lo que es posible creer que ante la amenaza de un gobierno de derecha haya un acuerdo entre el PS y el bloque de izquierda y el Partido Comunista», reflexionó Luis Arroyo, analista político español especializado en Portugal.

Por su parte, el líder del partido de centroderecha PSD, el exalcalde de Oporto Rui Rio, que no quiere recurrir al apoyo de Chega para llegar al poder, se apoya en un discurso de defensa de un pacto entre los dos grandes partidos, PS y PSD, para permitir la gobernabilidad al más votado.

Pero, según Malamud, «un pacto entre el PSD y el PS es posible pero improbable».

«Lo que en Alemania se llama Große Koalition (gran coalición), en Portugal fue el Bloco Central (Bloque Central), que funcionó entre 1983 y 1985 juntando al PS y al PSD en el Gobierno y no dejó gratas memorias», explicó el politólogo en referencia a las impopulares políticas de austeridad que el Gobierno de ese entonces debió imponer ante los crecientes problemas económicos que atravesaba el país.

Para Arroyo, «el PSD buscaría una alianza con el Partido Popular, los dos partidos de derecha ‘central'», pero de ser necesario no descartó que apele al apoyo de la ultraderecha Chega.

«Una posibilidad que por el momento Rio niega, pero una cosa es lo que se dice antes de las elecciones y otra cómo se organizan las alianzas políticas después de los resultados», advirtió a esta agencia.

Desde la extrema derecha, André Ventura, quien el domingo pasado recibió el apoyo explícito en Lisboa del líder de Vox, Santiago Abascal, puso precio a su apoyo electoral al PSD.

«Chega dice que solo acepta apoyar al PSD si es integrado en el gobierno, en tanto que el PSD sostiene que acepta el apoyo pero no la integración de Chega en el Gobierno», explicó Malamud.

El especialista indicó que «aunque la probabilidad de que Chega le ofrezca al PSD apoyo parlamentario es mínima, aunque no nula, las chances reales de que el partido de Ventura integre una coalición de gobierno con el PSD son cercanas a cero».

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