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“Nadie se salva solo”: La situación del colectivo trans en el contexto de pandemia

Por el momento la única forma eficaz para combatir al Covid-19 es el aislamiento social, separar nuestras individualidades pero en pos de cuidar a los demás. A razón de esto la consigna “Nadie se salva solo” está resonando fuertemente en muchos líderes, desde religiosos como el Papa Francisco hasta políticos como el presidente de la Nación, Alberto Fernández.

Salvarse para el colectivo trans no es un problema reciente a causa de un virus, es una lucha recurrente que se volvió aún más difícil en este contexto. Un mes de aislamiento social obligatorio y un total de 21 compañeras trans-travestis fallecidas en lo que va del año en Argentina.

A los problemas que ya se tenían como el acceso al trabajo, la salud y la educación; se suman los propios de una situación crítica en tiempos de pandemia. Las mujeres trans en su mayoría tienen a la prostitución como única forma de subsistencia económica y ahora se ven imposibilitadas de tener ese único ingreso. El problema de la vivienda es una de las preocupaciones más mencionadas por las mujeres trans ya que no cuentan con el dinero para pagar el alquiler. Por otra parte si el acceso a la salud ya era una carencia, esta situación desencadenó el faltante de hormonas para continuar con el tratamiento que muchas realizan.

Desde el gobierno nacional el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta, dieron a conocer que se incorporaría a personas trans al programa «Hacemos Futuro». Sin embargo, desde los municipios aún no se ha tenido conocimiento de medidas concretas dirigidas hacia este colectivo.

“La comunidad trans está pasando un momento que es una incertidumbre ya que no tenemos las respuestas que necesitamos», relató a Diario PH Laura, una militante de Diversia San Miguel.

«Hay compañeras que son las que nos dan una mano pero no podemos esperar nada del oficialismo de San Miguel. Es lamentable que haya casi 20 compañeras travestis en situación de prostitución desamparo y pobreza”.

Ante la falta de respuesta por parte del gobierno municipal Laura y sus compañeras se están organizando “estamos llevando todos los días a las compañeras contención alimentaria, el Estado de San Miguel es responsable de cada muerte y de cada acto de desidia”.

Luly, otra activista trans, advirtió: “San Miguel es un municipio que nos invisibiliza. No cuenta con un área de diversidad ni mucho menos con consultorio inclusivo, pero una cree y espera que en estos momentos va a tener un mínimo gesto de humanidad para con nosotras”.

Desde Malvinas Argentinas, Victoria aseguró que “conseguir alimentos es lo que más nos está costando y en segundo lugar la medicación en hormonizaciones y la medicación de VIH”.

Subrayó, además, que “el 90 % de las compañeras están en situación de prostitución y esta cuarentena no les permite trabajar, todas ellas están desesperadas pidiendo ayuda a los municipios porque no tienen para comer”.

Al igual que el resto de los vecinos y vecinas, las mujeres tans son ciudadanas y tienen derecho a tener una respuesta por parte de su estado más próximo, que es el Municipio.

La ética de la solidaridad pregonada en estos tiempos de crisis encarnada en la frase del Papa Francisco invita a pensar quiénes son esos nadies y cómo acompañarlos.

“Nadie se salva solo” debe incluir también a la diversidad y ser una premisa de los gobiernos en todos sus niveles.

Es urgente la necesidad de tomar en cuenta las necesidades de los sectores más vulnerables como el colectivo trans para darle un lugar en agenda de todos los municipios ya que son el espacio de contención más próximo con el que cuentan.

La pandemia requiere enaltecer la ética de la solidaridad, pero más que nada la ética de garantizar los derechos de todos, todas y todes.

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