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«El asesino estaba dentro de Carmel y no fue Carlos Carrascosa»

Nicolás Pachelo. Foto: Gustavo Amarelle.

Una excuñada de María Marta García Belsunce apuntó contra el principal imputado, Nicolás Pachelo, al afirmar que le tenían «pánico» y asegurar que el asesino estaba dentro de country Carmel de Pilar y «no fue el viudo Carlos Carrascosa».

La nueva jornada de este tercer juicio por el crimen, incluyó también una nueva declaración de Pachelo (46) y su primer careo con una testigo, para negar haber tenido secuestrado al perro de la socióloga.

La testigo destacada del día fue Leyla Keller, exmujer de Horacio García Belsunce (h), el hermano periodista y abogado de María Marta, quien declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro y centró su testimonio en la figura Pachelo y en la mala investigación del primer fiscal del caso, Diego Molina Pico.

«Se ocuparon de destrozar a la familia y que el asesino de María Marta esté caminando por la calle», afirmó Keller y agregó: «A Molina Pico lo detesto igual o más que al asesino de María Marta».

«El asesino de María Marta estaba dentro de Carmel y no fue Carlos Carrascosa. Es la justicia la encargada de reparar el daño en memoria de María Marta García Belsunce, está en sus manos», les dijo Keller a los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin.

«Es una cosa increíble que después de 20 años el crimen esté impune después de dos juicios. Tengo ataques de pánico, terror, angustia, no entiendo. Les pido por favor que si este juicio sirve para algo, hagan algo, no permitan que siga impune», remarcó Keller.

La mujer contó que cuando se comenzó a mencionarse a Pachelo, Horacio tuvo una reunión con el histórico abogado del ahora imputado, Roberto Ribas -uno de los defensores en este juicio-, y que luego de ese encuentro el hermano de María Marta le contó que el penalista le dijo: «Pachelo es muy peligroso, es capaz de hacer muchas cosas».

También refirió que Horacio le dijo a Ribas que en la autopsia a su hermana le habían encontrado seis balazos, como la cantidad de proyectiles que carga un revólver, a lo que el abogado le contestó: «Si tuviera veinte, capaz que se las baja y no se le mueve un pelo».

«El asesino de María Marta estaba dentro de Carmel y no fue Carlos Carrascosa. Es la justicia la encargada de reparar el daño en memoria de María Marta García Belsunce, está en sus manos»Leyla Keller

Keller relató que luego del suicidio de Silvia Ryan, la madre de Pachelo, en mayo de 2003, Molina Pico les puso custodia a toda la familia García Belsunce por temor a que el ahora acusado tomara alguna represalia con ellos, ya que los responsabilizaba del desenlace de su madre, por vincularlo públicamente con el crimen.

«Yo pensaba: ‘si la mató así a María Marta’. Tenía terror y pánico. Pensé que podía entrar a mi casa y matarnos a todos. Pasó a ser una porquería el apellido García Belsunce», dijo la expareja de Horacio.

Maria Marta Garcia Belsunce.

Al revelar su hipótesis de lo que le pasó a su excuñada, manifestó: «Creo que entraron a robar a la casa de María Marta y terminó mal porque llegó antes de tiempo y la mataron sin mediar ninguna misericordia, era una mujer que estaba indefensa. La mataron como a un perro de seis balazos».

Al criticar al primer fiscal, comentó que «cada vez que llegaba algo en contra de Pachelo, Molina Pico hacía así» (miró hacia el costado), y recordó que el día que culminó el primer juicio, en 2007, vio «a Ribas comiendo con la familia de Molina Pico (la madre y la hermana) mientras a Carlos Carrascosa se le estaba leyendo su veredicto».

Por la mañana y tal como viene haciendo en las últimas jornadas, Pachelo repitió hoy la metodología de pedir declarar cada vez que un testigo lo involucra en alguna situación que lo compromete.

La declaración de Fait

Esta vez fue ante la declaración de la testigo Raquel Fait, citada por los fiscales luego de que el lunes su amiga, Débora Luaces, dijera en el juicio que ella le había contado que una vez estuvo en la casa de Pachelo, en Carmel, jugando con un perro sin saber que se trataba de la mascota de María Marta.

Fait ratificó que entre 1997 y 2002 aproximadamente, concurrió «cuatro, cinco o seis veces» a la casa de Pachelo en Carmel, ya que era amiga de su primo Lucas Laurens, y lo conoció «socialmente» a él y a su por entonces esposa, Inés Dávalos.

La testigo aclaró que vio a Pachelo con el perro «en un asado al mediodía» pero no en Carmel sino en la casa de conocidos.

«En su camioneta tenía un perro. Era una camioneta oscura. La impresión que me queda es que era chachorrón, oscuro, un perro mediano», dijo Fait, aunque no pudo precisar la raza, ni recordaba si era de pelaje corto o largo.

La mujer recordó que en esa oportunidad Pachelo explicó que había encontrado a ese perro perdido en su barrio, que «la sensación del ambiente era ‘anda a llevarlo’ y como que él dijo: ‘yo lo cuido mejor'».

La defensa de Pachelo pidió un careo que los jueces aceptaron y allí el imputado dijo: «A la señora, salvo que estéticamente esté distinta, yo no la conozco. No sé si se cambió el pelo o se hizo una cirugía. Yo no la conozco y jamás autoricé el ingreso. No sé mi mujer Inés. Si vino con mi primo, no sé, igual no la conozco», le dijo Pachelo.

«Sí, estuve en la casa de Pachelo cuatro, cinco o seis veces», repitió Fait.

Sobre la camioneta donde vio al perro, la testigo dijo «era con doble asiento y caja». Y Pachelo contestó: «Yo no recuerdo haber levantado un perro en un country».

También declaró el periodista Hernán Cappiello, del diario La Nación, quien sostuvo que a raíz de una nota que publicó en diciembre de 2002, al poco tiempo de que se descubriera que la socióloga había sido asesinada, y en la que mencionaba como una hipótesis a un vecino del barrio, Pachelo se sintió aludido, llamó a redacción y lo citó para entrevistarse con él en una estación de servicio dentro de un auto con vidrios polarizados, donde el ahora imputado le dijo que él no había sido y que no estaba al momento del hecho.

En este tercer juicio por el crimen, la fiscalía apunta a demostrar que Pachelo mató de seis balazos en la cabeza a María Marta cuando lo sorprendió robando en su casa el 27 de octubre de 2002, y con la colaboración de los exvigiladores Norberto Glennon (57) y José Ortiz (45), también imputados en este debate.

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