Nación

'¡Fuera, Petro!' Miles marchan contra el presidente colombiano

Los manifestantes salieron a las calles en varias ciudades de Colombia el miércoles para expresar su descontento con el gobierno del presidente izquierdista Gustavo Petro.

Las protestas, en las que miles de personas se manifestaron contra las iniciativas de reforma social de Petro y la violencia actual en el país a pesar de las negociaciones de paz con grupos armados, subrayaron la creciente frustración entre los ciudadanos.

Marchando bajo el lema «¡Fuera Petro!», multitudes vestidas de blanco inundaron el centro histórico de Bogotá y llenaron la Plaza de Bolívar, simbolizando el descontento generalizado con la actual administración.

«Hay una inseguridad rampante en el campo y en la ciudad. La gente está cansada y por eso» estamos marchando, dijo Luis Chaparro, un militar retirado de 46 años vestido con ropa de camuflaje.

Manifestaciones similares ocurrieron en ciudades como Cali, Medellín, Barranquilla y Bucaramanga, con manifestantes mostrando banderas colombianas junto con pancartas que hacían referencia a figuras prominentes de derecha como el expresidente estadounidense Donald Trump, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y el presidente argentino Javier Milei.

Los críticos del presidente Petro, quien asumió el cargo en agosto de 2022 como el primer líder de izquierda de Colombia, resaltan las preocupaciones sobre sus propuestas de reformas dirigidas a los sistemas de pensiones, salud y trabajo. A pesar de enfrentar resistencia en el Congreso, donde perdió la mayoría, Petro ha presionado para que se adopten medidas destinadas a reducir la participación privada en los servicios de salud y los pagos de pensiones, al tiempo que se amplían los beneficios para los trabajadores.

Figuras de la oposición también han dado la alarma sobre las concesiones otorgadas a grupos armados como parte de las negociaciones de paz, acusando al gobierno de Petro de socavar a las fuerzas de seguridad y al mismo tiempo proporcionar beneficios indebidos a los criminales. Las conversaciones, plagadas de reveses que involucran a facciones rebeldes como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), han puesto a prueba la confianza entre el gobierno y los grupos armados, lo que ha llevado a crisis periódicas.

En medio de estos desafíos, las preocupaciones sobre la mala gestión financiera y las dificultades económicas han alimentado aún más el descontento. La administración de Petro ha enfrentado escrutinio por acusaciones de despilfarro, ejemplificadas por el juicio de su hijo por cargos de lavado de dinero y la pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos de 2027 debido a faltas de pago.

Mientras tanto, los colombianos luchan contra una inflación creciente y un crecimiento económico lento, lo que exacerba las frustraciones sobre el manejo de la economía por parte del gobierno.

«Estamos sometidos a escándalos por los gastos innecesarios, los contratos absurdos, el robo en general», se lamenta Pilar Cardona, vendedora de productos naturistas de 61 años.

Además, «la vida es terriblemente cara: hay muchas personas que están en extrema necesidad», añadió.

A medida que las voces de disidencia se hacen más fuertes, la popularidad de Petro, que ronda el 35 por ciento según las encuestas, subraya las profundas divisiones dentro de la sociedad colombiana.

Si bien sus partidarios ven su presidencia como una fuerza progresista para el cambio, los críticos temen que las políticas de Petro puedan exacerbar los desafíos existentes, profundizando el malestar social y la inestabilidad económica. Ante la creciente presión, la capacidad de Petro para sortear estas complejidades dará forma a la trayectoria de Colombia en los próximos años.

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