San Miguel

Pablo de la Torre: "No veo un empeoramiento de las clases bajas"

Magdalena tiene 9 años, viste un suéter color rosa viejo con algunos hilos descosidos y su cabello castaño está atado con una cola de caballo a medio peinar. Con una sonrisa, muestra en sus manos una planta recién arrancada: son dos rabanitos y restos de tierra mojada. Es la mañana del miércoles 12 de julio, hace frío y unas horas antes llovió fuerte. Magdalena sacó los rabanitos de la huerta comunitaria El Polo, de Barrio Mitre, uno de los lugares más pobres de San Miguel.

Se los muestra orgullosa a Pablo de la Torre, secretario de Salud y Bienestar Familiar del distrito, y candidato a primer concejal por Cambiemos. Pablo tiene 45 años y esta no es su primera campaña, ya tiene experiencia. Encabezó la lista de concejales en 2013 y sacó 53 puntos, en la boleta encabezada por Sergio Massa. Pablo le pregunta a Magdalena por la escuela y también charla con su mamá Roxana de unos problemas de violencia que hubo en el barrio. Se conocen hace años.

Al lado de la huerta, hay un Centro de Desarrollo Infanto Familiar (CDIF), ideados y pensados por De la Torre. «Se basan en cuatro pilares que son la alimentación, la estimulación a través del juego y la lectura, la educación y el afecto en los primeros mil días de vida», aseguró en algún momento de su creación, durante el gobierno kirchnerista. Pablo viajó a Colombia y Brasil, países que tienen experiencias similares para pensar estos lugares, cuyo objetivo es convertirse en herramientas para los sectores más vulnerables.

En el CDIF de El Polo, Pablo participa un rato de una reunión de 150 coordinadores. Es para repensar el desafío que tienen a diario los trabajadores. Después de un rato, parte no sin antes saludar a Roxana y darle indicaciones médicas para un vecino que está enfermo. Roxana vive enfrente, en una casita de madera, sobre un asentamiento, un lugar muy pobre.

Antes del CDIF, Pablo comandó una caminata en el Barrio Parque La Gloria para contarles a los vecinos de una nueva obra hidráulica y la realización de asfaltos. La campaña ya empezó. Los comerciantes se ponen contentos, los vecinos también; nadie habla de la economía, pero todos piden lo mismo: ¿y las cloacas?

Pablo derrocha simpatía y esta periodista desconfía. «Siempre es así», dicen sus allegados. Bromea con una señora que tiene un metegol en su kiosco. Al ver que los muñequitos son de Boca y River, Pablo dice: «¡Hay que pintarlos de Racing!», dice riendo. Una de las cosas que lo pone de mal humor es, justamente, que pierda el equipo de sus amores. En su oficina, además de portarretratos con fotos de sus hijos y la imagen de la Virgen María, tiene un escudo de Racing colgado de la pared. Pablo es muy religioso, va a misa todos los domingos y sabe el día de cada Virgen. Cuando divisa la Iglesia ubicada sobre Rodrigo de Triana, Nuestra Señora de la Asunción, llama a la periodista de esta nota y le cuenta que cuando no se dedique más a la función pública, le encantaría escribir un libro sobre las iglesias de San Miguel.

Poco antes del mediodía, llega a Muñiz, la localidad más equitativa de San Miguel. Allí se desarrolla el programa nacional El Estado en tu Barrio, que sirve para que los vecinos realicen distintos trámites de PAMI, ANSES, DNI y Salud. Allí también charla con vecinos, algunos plantean quejas. Una trabajadora del área de salud hace catarsis y le muestra, con lágrimas en los ojos, mensajes intimidatorios que recibió de otra compañera de trabajo. Pablo le dice que no se haga problema, que nadie va a echarla. Otro señor le habla de los trámites de DNI, y en medio de la charla se mete una mujer, que dice vender colchones al mejor precio y no se va hasta que alguien le tome el número de teléfono. Así, de posta en posta, como todos los funcionarios y candidatos en campaña electoral, Pablo recorre lugares. A través de la ventanilla del auto se lee con pintura azul: «Pablo de la Torre Candidato – Jaime Méndez indente», en distintos muros del distrito. Lo hace junto a Juan Cabrera, funcionario municipal y otro joven del área de Comunicación, Bautista Piñeyro, que lo ayuda con las redes sociales, algo que no le encanta pero que sabe necesario para una campaña electoral. Cerca de la una de la tarde, regresa a la Municipalidad para seguir trabajando.

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Joaquín es el hermano mayor y Pablo el menor, se llevan diez años y ambos tienen distintos conceptos de su padre, Ricardo de la Torre. «Tendrá que ver con las etapas de padre de una persona. Nos dejó el respeto a Dios, a la Patria y al prójimo», relata Pablo en su oficina de la Secretaría de Salud y Bienestar Familiar.

Su padre es un ingeniero civil, que trabajó 30 años en la petrolera Astra, vendida a los españoles a mediados de los ’90. Desde hace un tiempo, sufre Mal de Alzheimer, y a diferencia de sus siete hijos, Ricardo fue hijo único. Joaquín vivió su etapa política, cuando se acercó a Francisco Manrique, con el Partido Renovador, en los ’70.

«Siempre vivimos en Bella Vista, en la casa más vieja de Bella Vista, Los Tilos. Y no es que sea la más vieja en la construcción, sino la que queda en pie», relata con nostalgia. En los potreros del barrio, Pablo jugaba a la pelota con su amigo de toda la vida Jaime Méndez -el actual intendente- o con el hermano del Piojo Méndez, también funcionario de Comunicación del Municipio. Los Tilos, ahora pertenece a uno de sus hermanos que se las compró a sus padres. En seguida, en la entrevista, Pablo lamenta que sus hijos no tengan esos momentos de ocio, entre el colegio doble escolaridad y las nuevas tecnologías. Respecto a sus amigos, cuenta que se reúnen todos los jueves a la noche, a jugar a la Podrida, un juego de cartas. Los que lo conocen saben que muere por los asados y que no puede comenzar el día laboral sin tomar mate.

Desde hace doce años, Pablo, su mujer Dolores y sus siete hijos viven cerca del Supermercado Coto de Bella Vista, entre el Barrio Obrero y el Ferroviario. La rutina es más o menos similar de lunes a viernes, se levantan a las seis y media de la mañana y desayunan todos juntos. Su mujer trabaja en el mismo colegio al que asisten los chicos, el Sagrada Familia de Muñiz. Un colegio de tradición, con la misma raigambre que el ya inexistente Don Jaime, donde estudió Pablo y sus hermanos.

El colegio le costó debido a su dislexia, que sufre al día de hoy. En quinto año, se decidió por Medicina, aunque los test vocacionales le sugerían que siguiera algo relacionado a la investigación, imaginación y creatividad. Pablo cree que al estudiar Medicina, hizo lo contrario a lo que ofrecían los test. Sin embargo, viendo lo que motorizó con los CDIF, podría decirse otra cosa.

En la Universidad de El Salvador, rindió el examen de ingreso y el cupo era de cien alumnos: Pablo fue el 99. Además de Racing, la pediatría es otra de sus pasiones. Lee mucho para estar actualizado, cita autores y argumenta desde su visión político-religiosa cada dato que brinda, ya sea sobre el aborto, la mortalidad materna, infantil o niñez. Los miércoles por la tarde los reserva para atender en su consultorio de la calle Gaspar Campos. Su constante latiguillo «¿está bien?» cuando termina una explicación le nació con las consultas pediátricas, para constatar que los padres de los niños y niñas hubieran entendido las indicaciones para el tratamiento a seguir.

Hizo parte de su carrera en el Hospital Larcade de San Miguel y en distintas salitas del distrito. También trabajó en sanatorios privados como la clínica Bessone. Primero vino la medicina y después la política. Fue Joaquín quien le insistió para involucrarse, hace casi diez años. A Pablo le costó tomar la decisión, porque tenía el amargo recuerdo de una injusticia que había sufrido años atrás.

Desde hace tres meses, después de dejar a sus hijos en el colegio, Pablo va al gimnasio. En parte para liberar tensiones y para recuperarse de una operación de rodilla. A las 8.30 suele estar todos los días en la Municipalidad y entre sus tareas, está el de supervisar 36 edificios dentro de su área, hospitales, CDIF y otros.

Al igual que muchos, Pablo se informa por twitter y todos los días le llega un reporte con las noticias más importantes de los medios nacionales, provinciales y locales. No tiene un diario de cabecera, en el auto prefiere escuchar música – su favorita es el folklore. Los fines de semana lee el diario en papel, además de política, le gusta mucho la sección de deportes. A su casa le llegan La Nación, Clarín y Perfil. «Algunos medios pueden estar influenciados por una ideología, la mayoría. Uno tiene la capacidad de leer entre líneas», dice sobre el periodismo.

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En vez de modo avión, modo campaña», repite por estos días con humor

-¿Cuál es el mayor desafío de la campaña? 

– El mayor desafío es convencer a la gente de que la Argentina necesita salir de la pobreza. Y eso es apoyando al gobierno provincial y nacional. Y eso es apoyando políticas que parezcan duras, pero hay que dar un tiempo. Nosotros como gobierno municipal siempre hemos apoyado las primeras gestiones, porque hemos querido darle tiempo. No podemos ser irresponsables de que apenas gane alguien, empezar a tirarle piedras. Eso genera pobreza, mientras los de arriba o los que tenemos que tomar decisiones, eso genera confusión. Uno no puede pensar tranquilo, en el medio se genera pobreza.

-¿No le parece que las políticas que se tomaron hasta ahora aumentaron la pobreza?

-Vuelvo a decirte: hay que darle un tiempo. No se sacó ningún plan social. Hay medidas que van contrario a lo que vos estás diciendo, por ejemplo, se aumentaron el doble en los comedores escolares; se reforzó mucho la parte de infraestructura. Nosotros acá estamos empezando a tener agua y cloacas, que es fundamental para la población. Desde Aysa informaron que San Miguel tendrá en ocho años agua y cloacas. Esas cosas son a largo plazo, son cosas que las están haciendo. Si vos me decís «es insensible», no me parece que lo sea hoy. Sí me parece que hay decisiones antipáticas y que este gobierno le ha puesto nombre. El gobierno anterior decía «reacomodamiento de precios». No, mirá: es ajuste. En definitiva es lo mismo. Lo que pasa es que suena más antipático de una manera que de otra.

-Entonces, ¿por qué los sectores más vulnerables están más afectados?

– Yo que camino no lo veo tan así. No veo que estén más afectadas, estoy con la gente de las cooperativas. No veo un empeoramiento de las clases bajas. Las veo igual.

-¿Igual que cuándo?

-Igual que en el último tiempo. Tampoco me parece que estén bien. No es que esa gente hace seis años vive mejor o peor que ahora, ¿está bien? Creo que es una responsabilidad de la política, no hemos podido que esa población que esa población crezca o se capacite. En su momento las cooperativas fueron pensadas para eso, pero fue un plan que terminó en la nada. Pero esos planes, el Gobierno nacional no sacó ninguno.

-Pero también es cierto que la plata no alcanza como antes. 

-Bueno, en el aspecto económico no soy un experto. En esta última etapa, el Gobierno ha empezado a controlar la inflación.

-Pero porque la gente no puede gastar.

-Vuelvo a decirte, no veo que la cosa esté peor en los sectores bajos. Recorro y camino mucho. Voy a los comedores, que son un índice.

-¿No ve que haya un aumento en los comedores?

-Nosotros no tenemos más pedidos de comedores. A muchos comedores o fundaciones o ongs ayudamos y no tenemos un pedido real de más gente que esté pasando hambre.

-En 2011, ustedes votaron por Cristina, en 2013 por Sergio Massa y ahora por Mauricio Macri. ¿Cómo se contiene a esa militancia, que por ahí muchos no están de acuerdo? 

-Ser peronista es demostrarlo con obras. Ser peronista es mejorar la salud, preocuparse por la infancia, mejorar las escuelas y la educación. En ese aspecto nosotros podemos defender al peronismo, porque el gobierno está haciendo eso. Ser peronista es hacer aguas y cloacas, hacer infraestructura. Nosotros por primera vez en la historia de San Miguel estamos haciendo 300 cuadras de asfalto.  Eso es peronismo, entiendo que después hay un manipuleo de si es un gobierno sensible o insensible. Creo que con estas obras ha demostrado que tiene cierta sensibilidad. Después, seguramente, comete torpezas como fue hace poco lo de las pensiones, que después se echaron para atrás. Pero es cierto que hay que hacer un análisis de lo que está pasando con las pensiones. Eso no quiere decir que haya que sacarlas. Sí, si se están dando demás. El Gobierno no puede derrochar la plata del Estado, la tiene que cuidar. No fue la forma, lo comunicaron mal. Pero en algún momento hay que revisarlo.

-Ustedes se muestran más vidalistas que macristas.

-Quizás por Joaquín, es el ministro de Gobierno de Vidal. Además, ella vino varias veces a San Miguel a recorrer los Centros de Desarrollo Infanto Juvenil y las obras de cloacas. No sé si nos mostramos más vidalistas que macristas pero sí tenemos más cercanía con la gobernadora por Joaquín.

Por último, El Sanmiguelino le consultó sobre las próximas elecciones en el Sindicato de Muncipales. De la Torre respondió que no era un tema que conociera en profundidad, (escuchar audio), pero que sí atendió reclamos de trabajadores de su área.

Al terminar la entrevista, la mañana del miércoles 12, todavía llovía. Esta periodista preguntó si podía acompañar al candidato a la caminata y le dijeron que sí. Así fue como El Sanmiguelino supo de las distintas postas que se narraron al principio de esta crónica.

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