¿Miley siente miedo?

Una serie de acontecimientos ocurridos la semana pasada muestran que el presidente Javier Milei, quien fue portero en su juventud, ahora está en condiciones de disparar a portería. ¿Pero lo hará?

Hay cosas que el Presidente no controla. La inesperada escalada de los acontecimientos en Oriente Medio podría afectar a los mercados y ejercer presión sobre los principales logros del gobierno hasta el momento, a saber, la estabilidad del mercado de divisas. También cabe señalar que el precio de la soja al inicio de la temporada alta de exportaciones agrícolas se mantiene en su nivel más bajo en tres años.

Pero hay otros factores –muchos, de hecho– que sí controla.

Este trimestre el gobierno de Milei necesita aprobar legislación en el Congreso, algo que no ha podido hacer en sus primeros cuatro meses y medio en el cargo, un período de tiempo sin precedentes para cualquier gobierno electo en la historia reciente. La aprobación del Congreso –para cualquier proyecto de ley en este momento– sería una indicación tanto para los argentinos como para los observadores extranjeros de que Milei habla en serio al gobernar la política del país.

Algunos patos parecen estar alineándose para permitir que esto finalmente suceda.

Esta semana el ministro del Interior, Guillermo Francos, jefe negociador del gobierno, escuchó de los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos que están dispuestos a darle a Milei “las herramientas” que necesita para gobernar. En conjunto, esta región alberga el 20 por ciento de la población del país, el 24 por ciento de su PIB y genera el 40 por ciento de las exportaciones del país. Después de un primer intento fallido durante el verano, Francos busca una segunda oportunidad con una versión recortada del 'Ley de Bases'/Proyecto de ley de megareforma 'ómnibus' y paquete fiscal que lo acompaña.

Esto último es crucial para la administración Milei si quiere alcanzar sus fines fiscales de una manera más sostenible que simplemente congelar e intervenir en los pagos adeudados. Francos dijo a los gobernadores “que no esperen nada” del gobierno federal porque, como repite Milei, “no hay dinero”, pero sí prometió que la segunda mitad del año (segundo semestre) sería diferente. Las universidades, que se manifiestan contra los recortes presupuestarios del gobierno, también esperan recibir algo de efectivo más adelante este año.

Pero en general, parece que a menudo nada importante se interpone más en el camino de Milei que el propio Milei.

La Corte Suprema, por ejemplo, decidió esta semana desestimar las primeras objeciones presentadas contra el decreto de megaemergencia del Presidente, firmado 10 días después de que el nuevo gobierno asumiera el poder. El máximo tribunal del país ondeó una bandera blanca justo cuando Milei enviaba al Senado las nominaciones de dos nuevos candidatos a magistrados de la Corte Suprema.

Mientras tanto, la Confederación General del Trabajo CGT, el grupo sindical tradicionalmente peronista, ha convocado una huelga general para el 9 de mayo. Parece estar suplicando al gobierno que negocie los términos (abiertos a algún tipo de reforma laboral) y le dé una razón para cancelalo. El sindicato de camioneros amenazó recientemente con “paralizar todo el país” antes de aceptar modificar la forma en que se presentaban los acuerdos salariales al público para cumplir con la necesidad del gobierno de controlar las expectativas de inflación.

La confirmación de la semana pasada por parte de la oficina nacional de estadísticas del INDEC de que la inflación se desaceleró al 11 por ciento en marzo ha dejado al gobierno confiado en que a partir de ahora sólo podrá ver cifras de un solo dígito. De repente, la administración Milei ha recurrido al pragmatismo poco ortodoxo de la vieja escuela, acusando a las empresas privadas de salud de ser “un cartel” y ordenándoles restablecer sus precios a los niveles de diciembre, cuando su mega decreto de desregulación (que allanó el camino para las alzas ) patada en.

Hasta aquí el discurso de Milei en Davos en enero, cuando predicó ante una audiencia de capitalistas ultraricos que “las fallas del mercado no existen” y que, si ocurren, entonces el Estado tiene la culpa.

La próxima prueba de realidad de Milei será el intento de asegurar votos en el Congreso de parte de la “casta política” – o al menos de la parte dispuesta a ayudarlo. Si logra un resultado, sería más fácil para el Ministro de Economía, Luis Caputo, convencer al Fondo Monetario Internacional de que el gobierno se toma en serio la reforma y, eventualmente, rogar por algo de dinero extra para levantar el 'cepó' Restricciones del mercado de divisas en algún momento antes de fin de año.

A menos, por supuesto, que el gobierno no quiera aparecer tan rápidamente en el marcador. No se puede subestimar cómo unos pocos meses de estabilidad cambiaria –lo que significa que el billete de un dólar no está en los titulares– calman las mentes de los argentinos sobre el dólar. Milei se está beneficiando de esto, como lo muestran sus puntajes obstinadamente sólidos en las encuestas de opinión a pesar de la recesión, gracias a un mercado cambiario que todavía está plagado de regulaciones para mantener el precio a raya.

¿Se ha alejado Milei de su dogma anarcocapitalista? Y si es así, ¿en qué se está metiendo?

El Presidente, por supuesto, corre el riesgo de convertir la cautela en comodidad. En una entrevista con el comentarista político conservador estadounidense Ben Shapiro el fin de semana pasado, dijo que su experiencia como portero le había enseñado a tener cuidado con los errores. “A diferencia del resto de jugadores del equipo, cuando el portero se equivoca, sufres un gol en propia puerta”, explicó. Los porteros, señaló Milei, también entrenan solos y visten de manera diferente al resto de sus compañeros.

Lo único que Milei no mencionó es que los porteros rara vez marcan un gol, y que parece incómodo cuando lo hacen. Pasar a la ofensiva, de manera constructiva y no destructiva, requerirá una mentalidad completamente nueva por parte del Presidente.

* Marcelo J. García es analista político y Director para las Américas del Participación del horizonte Empresa de consultoría de riesgos.