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Las tensiones aumentan a medida que los trabajadores estatales despedidos reaccionan a los despidos

Las tensiones se dispararon en Buenos Aires el miércoles mientras continuaban los despidos en empresas estatales y el gobierno desplegó fuerzas de seguridad que impidieron a los trabajadores despedidos regresar a sus antiguos lugares de trabajo.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó que autorizó un operativo de seguridad para desplegar tropas para resguardar edificios públicos en respuesta a la huelga de la Asociación de Trabajadores del Estado ATE, que dijo que convocaría a una huelga el viernes en respuesta a las últimas medidas del gobierno.

El gobierno del presidente Javier Milei busca mitigar el tamaño de las protestas lanzadas por trabajadores estatales sindicalizados contra los despidos masivos de empleados en agencias y empresas públicas.

Las tensiones alcanzaron su punto máximo fuera de las oficinas del organismo antidiscriminación INADI y de la Secretaría del Trabajo. Una serie de conflictos se reportaron a lo largo del día en ambas oficinas. En el INADI, los trabajadores se abrieron paso entre la policía y entraron al edificio que alberga la agencia. El personal despedido dijo que hasta el momento se habían ordenado “casi 40 despidos”.

Subrayando la naturaleza fría de los despidos y la forma en que se llevaron a cabo, comenzaron a circular informes de trabajadores a quienes se les informó de sus despidos a través de mensajes de WhatsApp y correos electrónicos. Algunos llegaron al trabajo el miércoles sin saber que ya no estaban empleados.

Los empleados del Consejo de Investigaciones Científicas del CONICET se vieron obligados el miércoles a hacer fila bajo la lluvia afuera de los edificios donde trabajan, antes de que les dijeran uno por uno si tenían trabajo o no. Las escenas de la cola rápidamente se volvieron virales en las redes sociales.

La cartera de Bullrich confirmó a medios locales que el objetivo de su operación es “inspeccionar todos los edificios federales” en medio de informes de que trabajadores estatales despedidos intentaban recuperar el acceso a sus antiguos lugares de trabajo.

«No pueden usurpar algo que ya no tienen», dijo el ministro, a menudo controvertido, en una entrevista radiofónica. Defendió el operativo especial de seguridad, en el que participaron fuerzas de seguridad federales y agentes de la Guardia Costera, declarando: “Protegeremos todos los bienes públicos”.

El miércoles por la mañana, cuando los trabajadores de algunas empresas estatales llegaban para comenzar un día normal de trabajo, se encontraron con agentes de la Policía Federal.

Los funcionarios del gobierno dijeron que su despliegue se debió a las recientes protestas organizadas por la ATE, en las que muchos de sus miembros realizaron “sentadas pacíficas” en las agencias.

Otros sindicatos han expresado su malestar por los despidos masivos. El presidente del Sindicato de Trabajadores Argentinos CTA, Hugo 'Cachorro' Godoy, dijo esta semana que sus afiliados realizarían manifestaciones pidiendo la recontratación de los trabajadores despedidos.

El gobierno de Milei sigue de cerca la acción de los trabajadores de ATE y su “plan de acción” contra los despidos públicos masivos. Fuentes de la Casa Rosada revelaron que ante la reciente toma de oficinas por parte de trabajadores despedidos y aliados, la Policía Federal, la Guardia Costera y la Gendarmería, que tienen competencia para intervenir, no dudarán en contenerlos y denunciar a las personas.

El ministro de Defensa, Luis Petri, advirtió que los trabajadores que ocupen oficinas luego de ser despedidos serán denunciados penalmente. “Hay que responsabilizarlos, ha llegado el momento de que quienes cometen delitos sean responsables. El Estado de derecho se aplica a todos”, dijo en una entrevista televisiva.

Afuera de las oficinas del Ministerio de Trabajo, que Milei degradó a Secretaría, los manifestantes pidieron la reintegración de 14 trabajadores que fueron despedidos recientemente.

El miércoles, el secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, denunció 11.000 despidos en lo que va del año. Prometió desafiar a cada uno de ellos en los tribunales. Los funcionarios del gobierno insisten en que las decisiones son «válidas».

“Durante el fin de semana contamos más de 11.000 despidos. El Presidente ha decidido sacudir el ordenamiento jurídico argentino en sus entrañas, y tanto él como sus funcionarios podrían terminar en la cárcel”, afirmó el dirigente sindical en un post en la red social X.

El titular de la ATE, que representa a los trabajadores públicos, acusó al gobierno de entregar “traer despidos masivos al Estado” y afirmó que “la supresión de los derechos fundamentales de las personas es una conducta tipificada en el Código Penal”.

– TIEMPOS/PERFIL

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