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'Comedores' en crisis: La ayuda alimentaria de emergencia en riesgo por los recortes

A principios de este mes, se formó una fila frente al Ministerio de Capital Humano en Buenos Aires mientras argentinos afectados por la pobreza hacían cola durante más de 20 cuadras para exigir ayuda alimentaria de emergencia y quejarse de los recortes en la asistencia a los comedores populares.

Los organizadores de la manifestación de la «línea del hambre» han convocado más protestas para resaltar los desafíos que enfrenta la población en medio de una inflación galopante y una pobreza creciente. Sin embargo, lejos de las colas y las manifestaciones, también hay comedores sociales fuera de la capital, que en muchos casos funcionan sin apoyo gubernamental, que también están en crisis.

En los comedores sociales de toda Argentina, que sufren de falta de recursos, un número cada vez mayor de personas busca ayuda.

“La situación que estamos pasando, como la que viven todos los comedores sociales, es muy difícil”, dijo Margarita Barrientos, responsable del comedor social Los Piletones y de la Fundación Margarita Barrientos, que no recibe ayuda estatal.

Barrientos dijo que la situación es crítica desde el año pasado, pero también señaló que en los últimos meses «ha empeorado considerablemente ante el aumento del desempleo».

«Estamos pasando por un momento muy difícil, tenemos mucha más gente», dijo Perfil.

En Los Piletones dan cuatro comidas y trabajan de lunes a sábado. Pero últimamente “las donaciones han bajado, ahora ayuda muy poca gente”.

“Quienes ayudan son los que menos tienen, la clase media, y ahora mismo creo que ya no queda clase media”, dijo Barrientos.

Además de Los Piletones, ubicada en el sur de la capital, la asociación cuenta con un comedor social en el barrio Los Pozos de Cañuelas. Más de 300 personas lo visitan cada día.

En la ciudad de Santiago del Estero, Barrientos también cuenta con un centro de primera infancia y una casa de retiro. “Tuve que cerrar el comedor social [there] el año pasado. No pude conservarlo. Ya no tengo ayudas provinciales ni municipales y mucho menos nacionales. Ahora no sé cómo seguirá con esta situación que estamos pasando”, explicó Barrientos.

'Emergencia alimentaria'

En la ciudad de Frías, en la misma provincia, se creó allá por diciembre una “mesa de emergencia alimentaria”. Organizado por la rama local de la Iglesia Católica, reúne a “diferentes organizaciones sociales y políticas”, no sólo comedores sociales.

Una encuesta a los asistentes reveló que “a estos comedores sociales se atendió un número aproximado de 3.000 personas, entre niños y adolescentes que acuden con diferente frecuencia”.

“Lo que ha ocurrido especialmente durante el último mes es el aumento en la frecuencia y el número de niños que van”, dijo el grupo de la Iglesia.

Los comprometidos con el proyecto organizan una jornada solidaria, un banco de alimentos y se reúnen cada 10 días para coordinar tareas con clubes, colegios, partidos políticos e instituciones del Estado.

“Se propone realizar una feria popular en distintos barrios con el fin de acercar alimentos a bajo costo a sectores desfavorecidos, además de recaudar fondos para los diferentes comedores sociales. Este es un espacio amplio y diverso que busca ayuda a comedores sociales o personas necesitadas”, explicó el grupo a Perfil.

Al igual que Los Piletones, el grupo no recibe ningún tipo de ayuda nacional. “La situación siempre es compleja en provincias como la nuestra porque ya hay un problema de pobreza estructural muy fuerte. Y cuando las políticas nacionales son de ajuste, estos contextos empeoran y terminan generando una demanda aún mayor”, afirmó el grupo.

Prefiriendo no atribuir sus comentarios, los organizadores del grupo dijeron que la visión del gobierno nacional sobre los desafíos que enfrenta Argentina es “una visión sesgada del centralismo, que sólo mira un universo geográfico y no contempla en absoluto lo que sucede en las provincias. donde la pobreza se agrava y la capacidad de ayuda por parte del Estado nacional se vuelve aún más remota”.

'Aumento de la demanda'

Yovana Avellaneda dirigía dos comedores sociales en Catamarca. Tuvo que cerrarlos en diciembre después de que el gobierno provincial cortara la ayuda.

“Hay una demanda cada vez mayor por parte de personas necesitadas”, explicó Avellaneda a Perfil. “Llevo años luchando para que se formalicen mis comedores sociales, pero es imposible. Es injusto porque a veces montan comedores sociales con personas que no trabajan con amor y empatía, sino que lo hacen sólo por conveniencia o por política”, añadió.

Para ser reconocido formalmente como comedor social, el gobierno pidió una serie de requisitos y comodidades que, por cuestiones presupuestales, nunca pudieron materializarse, explicó Avellaneda. El cierre de estos dos centros implica que al menos 80 familias han perdido su lugar de último recurso desde diciembre.

“Hasta diciembre de 2023 hemos atendido a 350 personas en estado de emergencia”, afirmó Jorge Ovejero, dirigente provincial de la Asociación Siempre Diversidad de la misma provincia.

La institución realiza diferentes actividades, incluidas encuestas de necesidades específicas y ayuda alimentaria. La asociación trabaja “en la ampliación y garantía del ejercicio de los derechos humanos de las personas lesbianas, bisexuales y trans en nuestro territorio”, explicó Ovejero.

La falta de financiación de los comedores sociales “tiene un profundo impacto en nuestra población, que es vulnerable y está sujeta a una profunda desigualdad”, añadió.

«Hay 55.000 comedores sociales en todo el país, más de cuatro millones de personas afectadas, y esto es una vulneración del derecho humano a ser alimentado, nada menos», añadió.

“La ruptura del esquema federal… es una maniobra que impide que la voz, las historias y las situaciones de provincias como la nuestra lleguen al Ministerio de Capital Humano”, observó.

Las necesidades están aumentando, sin o sin manifestación.

“No voy a bloquear carreteras, no haré piquetes porque nunca lo he hecho, no haré cola en la [Human Capital] Ministerio de Ayuda, creo que saben que existen los comedores sociales, conocen los comedores sociales que dan soluciones a la gente. Deberían llamarnos para un listado de nuestras necesidades”, concluyó Barrientos.

*Quienes deseen ayudar a la Fundación Margarita Barrientos pueden hacerlo a través del (011) 4919-1333.

) El gobierno del presidente Javier Milei, que dice querer eliminar a los intermediarios, ha recortado las ayudas estatales a los comedores sociales.

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