San Miguel

El juicio de Higui comienza el 17 de febrero

El caso de Higui de Mariló, San Miguel, se convirtió en un emblema de lucha en las calles: en marchas de Ni Una Menos, del Orgullo, en los paros del 8 de marzo, cada 7 de marzo en el Día de la visibilidad lésbica se gritó: “Yo también me defendería como Higui”.

“El barrio para mí era como una jungla, siempre tratando de sobrevivir, a Mariló fui a vivir a los 21 años. Siempre nos molestaban, era una tortura. Cuando estaba con una novia en la parada esperando el colectivo me tiraban piedras, me decían ‘andate de acá lesbiana de mierda, ya te dijimos que te vayas’. A mi hermana siempre le robaban la bicicleta, eran muchos y yo temía por ella. Desde que tengo noción fui abusada por mi padrastro, no lo pude contar nunca hasta el año pasado. Después de todo lo que viví de peque, de grande cuando tuve fuerzas me prometí a mí misma que nunca más nadie me iba a tocar”, recuerda Analía Eva de Jesús, conocida como Higui, de 45 años.

Higui / Foto: José Nico

El Día de la Madre de 2016 (16 de octubre), Higui fue a visitar a su hermana en Mariló. Aquel día, un grupo de hombres que ya la habían atacado en otras oportunidades por “chonga” (lesbiana masculina), la rodearon cuando salía de un pasillo. La tiraron al piso de una trompada. Uno de ellos le bajó los pantalones y le rompió el bóxer. Higui se defendió clavándole al violador un cuchillo que llevaba entre las ropas para defenderse.

Los demás hombres comenzaron a asestarle patadas, mientras ella protegía su cuerpo menudo enrollada como si fuera una bolita, cubriendo la cabeza con los brazos. La patearon muy fuerte en la zona de brazos y hombros, riñones, genitales y perineo. Mientras la golpeaban, Higui perdió la conciencia. Horas después, la despertaron la linterna y el griterío de los policías. Nadie quiso escuchar que Analía De Jesús se defendió de una violación. “¿Quién te va a querer violar a vos, negra, gorda?”, se burlaban los policías. “Yo no entendía nada”, recuerda Higui. De un momento a otro estaba aturdida de dolor, y despojada de toda dignidad, en un calabozo de la Comisaría de Bella Vista.

Acusada de homicidio. Aunque ni siquiera se lo habían informado. No sabía que el hombre había muerto.

Higui estuvo varios meses presa hasta que la lucha feminista logró que esperara en libertad el juicio, que se llevará a cabo entre el 17 y el 20 de febrero en el Tribunal Nº7 de San Martín. Para esos días, organizaciones feministas preparan un festival por su absolución. 

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