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Impulsar la cooperación entre Estados Unidos y Argentina en materia de energía y minerales

Una alta delegación del Departamento de Energía de Estados Unidos visitará Buenos Aires la próxima semana para una serie de reuniones. El Centro de Estudio de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE) de la Universidad de Buenos Aires y el Instituto de las Américas serán los anfitriones de la delegación el 8 de mayo en nuestra Mesa Redonda Anual de Energía. Será una ocasión importante para promover el diálogo estratégico sobre energía y minerales entre las dos naciones que comenzó a principios de este año.

Para no “enterrar la lede”, un diálogo estratégico debe comenzar por acompañar los procesos en marcha de Argentina de reducción de su calificación de riesgo país y recuperación de la confianza de los inversores. Es fundamental gestionar las cuestiones relativas a la protección de las inversiones.

Para nuestro compromiso y la próxima visita, debería haber un enfoque claro en la energía, la minería y el gas natural y el gas natural licuado (GNL). Es imperativo que la nueva administración y el sector privado busquen mecanismos para aumentar la inversión, políticas que mejoren la capacidad institucional y aquellas que impulsen la viabilidad del mercado y la gestión del riesgo regulatorio. Por ejemplo, ¿existen otras regulaciones además del RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) propuesto para minimizar el riesgo de inversión?

Además, ambos gobiernos deberían esforzarse por actualizar y aclarar el estado de los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI). Vale la pena señalar que el proceso en curso de normalizar gradualmente las tarifas de energía y servicios públicos que reflejen los costos reales y al mismo tiempo incentivar el uso racional de los recursos es importante para la confianza y la transparencia de los inversionistas.

Además, puede que no haya ningún aspecto geopolítico más importante que el tema de los minerales de transición energética, pero especialmente el litio y el cobre. Ha habido mucho debate y discusión sobre el aprovechamiento por parte de Argentina de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de los Estados Unidos, o más exactamente, las vías para acceder a los programas IRA, particularmente a los beneficios fiscales.

La mala noticia es que, dado que Argentina no tiene un acuerdo de libre comercio (TLC) vigente con Estados Unidos, la mayoría de los programas y beneficios que ofrece el IRA son inalcanzables. La buena noticia es que puede haber una variedad de otras alternativas, incluida una versión de un acuerdo que Japón firmó con Estados Unidos, sin mencionar la Asociación de Minerales Críticos propuesta por Washington.

El papel del gas natural como herramienta para la descarbonización es un aspecto crucial del actual debate sobre política energética a nivel mundial y tiene una tremenda resonancia en Argentina y para el discurso de seguridad energética del hemisferio. El potencial para avanzar en los esfuerzos de descarbonización mediante la utilización estratégica de los recursos de gas natural es importante. El gas natural puede servir como combustible de transición para facilitar un alejamiento de fuentes más intensivas en carbono, particularmente en casos de infraestructura heredada, al desplazar a los combustibles líquidos en el Cono Sur, por ejemplo en los sectores de minería, transporte e incluso energía. El gas natural ofrece una alternativa más limpia para las industrias, ayudando así a reducir la intensidad de las emisiones en toda la región. Sin embargo, las emisiones de metano son motivo de gran preocupación y deben abordarse más y más profundamente.

Argentina cuenta con abundantes reservas de gas natural que presentan una oportunidad para impulsar la transición energética. Este es particularmente el caso cuando se trata de infraestructuras y redes regionales subutilizadas. Pero para reiniciar adecuadamente el papel del gas natural para la integración energética regional, con Argentina y específicamente Vaca Muerta en el centro, la administración y el sector privado deben continuar recuperando la confianza de los vecinos como importadores.

En el mediano y largo plazo, la oportunidad y el potencial para que Argentina se convierta en un actor global a través del gas natural licuado (GNL) y exporte seguridad energética más allá de Sudamérica, tal vez a Europa, es una perspectiva razonable.

Por último, también creemos que la formalización de las cuestiones centrales de nuestros esfuerzos haría avanzar enormemente la relación bilateral y mejoraría los esfuerzos de transición energética y descarbonización. Específicamente, proponemos que las dos naciones consideren lanzar un 'Foro Bilateral de Energía Argentina-Estados Unidos'. Podría inspirarse en acuerdos bilaterales similares que Estados Unidos ha desarrollado con países de todo el hemisferio como Brasil.

Más allá de los aspectos del mercado y del clima de inversión, el foro bilateral podría establecer colaboraciones en áreas tales como:

– Abatimiento y gestión del metano para mejorar la competitividad internacional del gas natural y GNL de Argentina.
– Desarrollo de minerales críticos con énfasis en el litio y aprovechamiento de la inclusión en el marco IRA de EE. UU.
– Mayor despliegue de energía limpia y vehículos eléctricos.
– Infraestructura para suministrar energía limpia; activos de transmisión y distribución, junto con la carga de vehículos eléctricos con el objetivo general de confiabilidad de la red.
– Inversiones e insumos para posicionar a Argentina como un proveedor confiable de productos bajos en carbono, como fertilizantes verdes u otros combustibles electrónicos derivados del hidrógeno verde.

Ya sea que de la próxima visita se derive un marco bilateral formal, nuestras instituciones, miembros y partes interesadas siguen comprometidos a fomentar una relación más profunda y sólida entre Estados Unidos y Argentina.

Nuestra seguridad energética regional y el camino hacia la descarbonización solo se verán mejorados con dicha colaboración.

* Vicepresidente, Energía y Sostenibilidad, Instituto de las Américas
** Vicedecano de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires y Presidente del Centro de Estudios de la Actividad Reguladora Energética (CEARE)

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por Jeremy M. Martin* y Raúl Bertero**

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