Nación

Cristina inauguró hospital en Malvinas Argentinas

La Presidenta estuvo en Malvinas Argentinas ayer por la tarde en la inauguración del Hospital de Trauma y Emergentología Dr. Federico Abete en la localidad de Pablo Nogués. Acompañaron a la jefa de Estado el gobernador bonaerense, Daniel Scioli; Jesús Cariglino, intendente del municipio; el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. La Presidenta agradeció al pueblo malvinense su apoyo en las últimas elecciones, distrito donde obtuvo mayor porcentaje de votos. El mandatario local se mostró junto a su socio político a nivel nacional, Julio De Vido, dialogar animadamente, mientras las cámaras de televisión enfocaban carteles de Clarín miente y TN desinforma. El intendente Cariglino nombró a Cristina y Scioli huéspedes de honor de Malvinas Argentinas.

Discurso de la Presidenta: Gracias, Malvinas Argentinas por este recibimiento tan cálido, tan afectuoso. Permítame, señor Intendente, felicitarlo.Quiero contarle al resto de los argentinos que he recorrido un hospital que hace a la dignidad del pueblo. No es un hospital más, es un hospital en el que, tal vez, la persona más rica podría sentirse igual que en su casa.

Una mujer, que hace muchos años construyó para los argentinos un ideal de justicia social, siempre decía que cuando los ricos pensaban en los pobres, pensaban en pobre, en hacer cosas así nomás, que era parte de la dignidad de un pueblo y de una nación darle lo mejor al pueblo. Usted hoy, al inaugurar este hospital, no lo dude Intendente, está cumpliendo con esa idea de la justicia social.

Quiero contarles que mis ojos han visto aparatología de último nivel, calidad, dignidad, respeto por la condición humana. Y en este día de hoy, mi primera vista como Presidenta de todos los argentinos a este Malvinas Argentinas, que tiene un nombre que está en el corazón de todos, tal vez más en el mío como buena patagónica, quiero también agradecerle a este pueblo el apoyo que el 28 de octubre le dieron, no a esta mujer, sino a un proyecto político que también, desde las esencias, desde las ideas y desde las convicciones, vinimos también a darle dignidad y respeto a todos los argentinos.



Me emocionaba hace unos instantes, señor Intendente, cuando lo escuchaba hablar de la dignidad, de la fe del pueblo trabajador. Este distrito que en el año 2003 tenía un 61 por ciento de pobres y que hoy miles y miles han vuelto a recuperar el trabajo, a mejorar su salario, a tener una casa, a poder pensar el futuro y que como usted decía con alegría los que menos tienen, los que más necesitan, todos los días se levantan a las tres, cuatro de la mañana para treparse a los trenes e ir a trabajar, ellos son los que hoy y con los que hoy tenemos el compromiso quienes dirigimos el país, la gobernación y las intendencias.

Esto no significa que los demás sectores no sean importantes y necesarios, pero todos tienen que entender que aún falta que muchos argentinos tengan trabajo, que aún falta que muchos argentinos tengan vivienda, seguridad, educación y salud y que a esos argentinos debemos esfuerzo, trabajo y compromiso. Usted decía también hace unos instantes, que muchas veces, desde los medios de comunicación pareciera que nos quieren hacer bajar los brazos a los argentinos, hacernos creer que todo está mal. Pero yo tengo confianza en la infinita y profunda inteligencia del pueblo que sabe que atrás de esos mensajes negativos, donde pareciera que todo está mal, se esconden muchas veces intereses económicos profundos que quieren torcerle el brazo a los gobiernos nacionales y populares. Y quiero decirles desde aquí, desde Malvinas Argentinas, con la fortaleza de la historia y nuestras propias convicciones que no lo van a lograr porque están ustedes para darnos fuerza y confianza, que queremos convocar a todos los argentinos, pero que sepan que vamos a ejercer la representación popular que la Constitución, la ley y el pueblo nos ha conferido.

Que no se confunda nadie, es necesario que comprendamos que la construcción democrática exige que tengamos respeto por la voluntad popular pero también por las exigencias que merecen el crecimiento y la distribución del ingreso. Ayer decía que esta pelea, que ahora tenemos que dar, es una pelea distinta a la del año 2003. Soy la quinta presidenta constitucional de este país, la República Argentina, soy la única presidenta constitucional que vino a suceder a un gobierno que ha tenido éxito. Todos, absolutamente todos los otros presidentes vinieron luego de grandes tragedias: allá en el ’83, tal vez la más grande; luego la debacle económica del ’89; más tarde estalló en pedazos la convertibilidad con la Alianza en al ’91 y cuando ese hombre, que el 25 de mayo del 2003 asumió con más desocupados que votos en este país, que estaba, como usted bien lo dice, al borde de la disolución nacional.

Sé que hoy tengo otro desafío; sé que son otros los tiempos, que el desafío es: seguir con el crecimiento y que aquellos que han logrado las mayores rentabilidades que nunca soñaron en su historia, comprendan también que es la hora de respetar la distribución del ingreso. Sé que eso no es gratuito porque cada vez quieren más. Pero quiero que sepan de mi compromiso y de mi convicción y de que vamos a hacer todo lo que debamos para que se cumpla lo que dijimos en la campaña electoral.

No he venido a calentar un sillón de presidente, no me interesa, vengo esencialmente a cumplir ese compromiso con el pueblo, somos responsables de haberles dado a los argentinos trabajo y mejores salarios; somos también responsables de que nuestros empresarios hayan recuperado la industria nacional; somos también responsables de que los miles de establecimientos agropecuarios que estaban al borde del remate, más de 40.000 allá por el año 2003, hoy estén trabajando y exportando. Y en buena hora, necesitamos empresarios que ganen dinero y que den trabajo, pero también necesitamos que sepan que la distribución del ingreso se debe dar para que el crecimiento siga siendo socialmente posible. Uno siente muchas veces que, como bien recién decía el Intendente, quieren transmitir la sensación de que todo está mal. Hoy escuchaba un comunicado de una empresa que decía que hasta provocan desabastecimiento de combustible diciéndole a la gente que no hay y entonces la gente se desespera y va a las estaciones de servicio. No importa, nadie puede mentirle todo el tiempo a todo un pueblo; tarde o temprano las máscaras se caen y es entonces allí cuando debe estar la responsabilidad de todos los dirigentes, cualquiera sea el lugar que ocupen, dirigentes políticos, empresariales, económicos, de medios de comunicación para entender que esta, la República Argentina, es un país de todos y no de un grupo y, fundamentalmente, argentinos y argentinas, hombres y mujeres de Malvinas Argentinas, que todavía falta mucho por hacer.

Cuando recién llegaba recibí algo que me emocionó. Yo quiero simbolizar en esa mujer que a un montón de cuadras de acá, en el paso a nivel donde había mucha gente, se acercó entre muchas otras, se sacó de su cuello una medalla con la Virgen de Luján y me la regaló en un mensaje diciendo que ella me daba lo que tenía más cerca de su corazón. No sé cómo se llama, era una mujer grande que me dijo «fuerza, no afloje», como me dicen miles y miles de argentinos y argentinas a lo largo y a lo ancho del país.

En nombre de ella, en nombre de ustedes, en nombre de los que ya no están más, en nombre de nuestros hijos, yo me comprometo hoy aquí a honrar esa demanda de estar siempre firme junto al pueblo. Porque, en definitiva, amigos y amigas, no es un instante la historia, no es una línea de un diario o una imagen de televisión; la historia es otra cosa, la memoria del pueblo es otra cosa, es el tributo, el reconocimiento a los que saben trabajar por ellos, como usted bien decía recién, del hombre que lleva el nombre de este hospital, de los que pueden dejar las cosas para hacerse compromiso con las del otro, hay miles, millones de argentinos dispuestos a tender la mano solidaria. En nombre de ellos y por ellos, vamos a seguir adelante como siempre lo hemos hecho.

Me ha tocado vivir situaciones difíciles, de las que más puedan imaginarse, en momentos de la dictadura y también después en la militancia política. Me enorgullezco de mi pertenencia y de mi historia y como estoy orgullosa de mi pertenencia y de mi historia la voy a honrar como he honrado todas cosas en las que he creído en mi vida.

Con ese compromiso, argentinos y argentinas, los convoco a todos a construir un país mejor, ese país que empezamos a cambiar en el 2003. A seguir haciéndolo con esperanza, con alegría, con optimismo porque nos merecemos un país construido por todos y para todos.

Muchas gracias y mucha fuerza, Malvinas Argentinas; los quiero mucho, el pueblo, ustedes, lo mejor que hemos tenido, tenemos y tendremos. Gracias, mucha fuerza ●•

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