Cultura

“El cuento deja visible esa capa mitológica que está siempre en nuestra vida”

Agostina Luz López, directora de teatro, dramaturga, novelista y cuentista.

 Escenas absolutamente contemporáneas y cotidianas sirven de soporte en los ocho cuentos que componen “Otro planeta” -el segundo libro de la escritora, dramaturga y directora de teatro Agostina Luz López- para que irrumpa lo extraño, lo mitológico, lo sobrenatural o incluso lo extraterrestre.

La autora de “Weiwei” expande el concepto de realidad y lo lleva hasta el límite, a tono con los personajes jóvenes y desinhibidos que desfilan por la colección de relatos publicados por Rosa Iceberg: un padre que se convierte en pájaro y huye de las ataduras familiares, un grupo de chicas en transición hacia la “serenidad”, una estrella con infección urinaria, una adolescente y su hermano discapacitado, una pareja que teje y desteje su relación.

“En los ocho cuentos de ‘Otro planeta’, Agostina se adentra con minuciosidad y frescura en los deseos de sus personajes —“eso que les sobra, que no es de ellos pero llevan adentro, como a un bebé”— hasta deslumbrarnos y asombrarnos por completo”, describe el escritor Federico Falco en la contratapa del texto.

Agostina Luz López nació en Buenos Aires en febrero de 1987 y desarrolló una trayectoria en la que se entrecruzan el teatro y la literatura. Escribió y dirigió las obras «Mi propia playa” , “La laguna”, “Los milagros” y “Animal romántico”. Participó de una residencia de escritura en el centro de arte Camac, en Norgent Sur Seine (Paris, Francia) donde terminó de escribir «Weiwei», novela que ganó el segundo premio en su género del Fondo Nacional de las Artes.

Sobre su tránsito fluido entre la dramaturgia y la narrativa, y la irrupción de lo extraordinario en sus relatos conversó la autora con Télam. A continuación los momentos principales de esa charla.

-Télam: En los ocho cuentos que componen “Otro planeta” hay mutaciones, drogas, aplicaciones de citas, ¿Apuntás a describir la realidad del comienzo del siglo XXI?

-Agostina Luz López: Siento que esas cosas forman parte de un paisaje contemporáneo en el que todos estamos inmersos y, como tales, se terminan filtrando en la escritura . A mí me interesa dialogar con lo contemporáneo, con el mundo en que estamos viviendo hoy. Entonces todo aquello que percibo, inevitablemente termina apareciendo en mi escritura, Me interesan particularmente esas mutaciones ya que hoy en día esta mucho más habilitado cambiarse, poder elegir el sexo o cómo uno se autopercibe. En los cuentos esto aparece llevado al extremo, de un modo más fantasioso, y los personajes quieren volverse sirenas. Se trata de un límite que me resultaba interesante entre la realidad y la fantasía,

-T.: Al apelar a esta temática contemporánea, ¿te sentís parte de una generación de autores? ¿te referenciás con ellos?

-A.L.L.: Me percibo como parte de una generación y comparto esto de escribir sobre nuestras experiencias, algo que puedo leer en muchas escritoras de mi edad y a la vez siento que hay una búsqueda de adentrarme en zonas más extrañas, más fantasiosas

Hay escritoras que han formado parte de mi recorrido, que son mis amigas y presentan mis libros, como Flor Monfort. y en ese sentido estoy todo el tiempo dialogando con otras pero a su vez cada una conserva su singularidad. Trabajé este libro con Marina Yuszczuk y luego salió por Rosa iceberg, el sello que ella maneja, y se dio un diálogo con su obra “La sed”, en el que también hay una aparición de lugares más fantasiosos, de un encuentro de tiempos. Creo que hay muchas escritoras contemporáneas que también sobre los vínculos humanos, algo que me interesó siempre muchísimo.

-T.: En alguno de tus cuentos hay una actriz y una directora de teatro, ¿trabajás con materiales autobiográficos?

-A.L.L.: Siempre uso materiales autobiográficos o hay un germen de material autobiográfico pero en este caso, en “Otro Planeta” siento que esos gérmenes aparecen bajo una luz tornasolada, y se me hace más difícil discernir qué es la propia vida y qué es la ficción. Quizás ese es el trabajo que deberían hacer los libros, ese trabajo de deformar, de inventar cosas. Entonces cuando leo el libro no siente que lea mis memorias, Leo un trabajo del lenguaje, la invención de un mundo que quizás sí parte de cosas que viví o experiencias que tuve.

-T.: ¿Cuál es el concepto de realidad que hay en tu narrativa: en una atmósfera absolutamente cotidiana y reconocible aparecen sirenas, extraterrestres, hombres trasmutados en pájaros.

-Yo busqué en el libro una escritura más ligada a lo experiencial y al yo y que esa escritura pudiera desencadenar en otros paisajes y en otros universos, como si fuera de un lugar al otro, como si fuera explorar un poco estos personajes con sus deseos interiores para que se desencadenaran situaciones más extrañadas. más fantasiosas. Me resulta muy verosímil esta mixtura en la que siento que se dan como si fueran capas de realidad. Lo que hace el cuento es dejar visible esa capa mitológica o fantasiosa que está todo el tiempo en nuestras vidas, pero que tal vez no vemos. Es como si el cuento habilitara ese nivel.

-T.: Ahí es donde surgen las mutaciones…

-A.L.L.: Es que eso es lo que explora el libro. Los deseos interiores de los personajes, vínculos de pareja, de amigas, con el padre, con el teatro. Y siempre en la misma exploración de ese vínculo aparece una cierta mutación. Hay un límite en el que se tensan la realidad y la fantasía. Y aparece ese pájaro que le permite al padre irse de esa realidad que lo agobia.

También en el cuento de las sirenas está algo que me interesa de la sirena como figura anfibia, con la posibilidad de habitar dos mundos y me parece que eso tiene algo y contemporáneo, en lo que tiene que ver con las mutaciones de los cuerpos, en la no definición de la sexuaidad o del género. Y a la vez como metáforas pero muy arraigadas en esa realidad contemporánea.

-T.: Esa operación, de algún modo, se da en otros cuentos…

-A.L.L.: Me parece que en todos están estos universos reconocibles a los que arriban estas imágenes, estos otros niveles de realidad y a la vez todo está como en el límite.

Igual creo que cada cuento hace una operación distinta. En “Otro planeta” la narradora se propone crear un mundo o universo paralelo para que su tía escape cuando era chica del colegio de pupilo y entre en universo rosa en el que pueda vivir otra realidad que no sea áspera triste y fría como aquella. Le construye uno cálido, saturado de colores rosados. Me gusta la idea de la irrupción, de la rotura de ese mundo reconocible para que aparezcan otras realidades, para que emerjan las sirenas , los pájaros, los universos rosas, las plantas, a través de la herida.

-T.: El cuerpo, de algún modo se convierte en el centro…

-A.L.L.: Es el cuerpo el que está como protagonista, el cuerpo el que sufre la mutación y eso es por los roces de los cuerpos, por las enfermedades, por los deseos de ser otros. Como dice Falco en la contratapa, son cuerpos en los que la piel es porosa. Hay algo ahí que está sin protección y permite que vengan esos mundos. Porque no hay tanta distancia entre unos y otros, entre el teatro y la directora, entre los novios, entre las amigas- La desprotección hace que puedan suceder más mixturas, más encuentros, más fusiones con universo extraños.

La autora dirige un ciclo de lecturas en el jardín.

-T.: Al desempeñarte en dos actividades diferentes, ¿cuál es la diferencia que encontrás entre la escritura y la puesta en escena?

-A.L.L.: Siento que la escritura y la puesta en escena son dos universos bastante distintos. La escritura es un proceso muy íntimo, más allá de con qué interlocutores uno dialogue a la hora de ir corrigiendo sus cuentos. Es uno universo íntimo, personal y solitario donde van apareciendo imágenes y frases y después hay una corrección muy minuciosa y que lleva tiempo y que lleva etapas, hasta que uno va construyendo ese artefacto que es el relato

El de la puesta en escena, al menos como lo hago yo, está condicionado por el lugar, por las luces, el vestuario. Uno construye desde ahí, y con los actores, Es un proceso mucho más colectivo, donde cada uno va poniendo su individualidad y va aportando a la creación de la obra. Se me hacen como muy opuestos.

-T.: Pero, ¿no pensaste los relatos como textos que pudiesen ser puestos en escena, dando origen a un acontecimiento teatral?

-A.L.L.: No y a veces estos relatos me inspiraban más bien una fantasía de que pudieran ser llevados al cine. Me los imaginaba como una especie de “Las mil y una noches”, una especie de relato infinito, que sucede en distintos escenarios. Siento que en “Otro planeta” la voz de la narradora es parecida y se sostiene a pesar de que son distintas historias y distintos universos. Hay un yo que atraviesa el libro.

-T.: También parece ser el erotismo un eje vertebrador de los cuentos. Está presente incluso en los personajes que están incapacitados como el chico que tuvo un accidente.

-A.L.L.: No es algo que haya pensado de antemano pero ahora que el libro se está leyendo me llegan comentarios de este tipo . No es que hubiera una inocencia respecto de eso, pero no sé si lo pensaba como un eje. Si quizás en el cuento de las sirenas, Pero sí es algo que a mí me interesa y que está presente en otros trabajos, cierta presencia de lo salvaje, de formas de relacionarse no establecidas. Ahora que tengo un bebé me llama la atención cómo se relaciona con todas las cosas de una manera como no racional. Esas son las zonas que más me interesan, las más primitivas, las menos domesticadas,

En este mismo sentido no me interesa el erotismo convencional sino el erotismo de la vida que es extraño, que está corrido. Esos lugares oscuros, que tenemos velados.

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