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Whisky, haggis y abundantes tostadas: la Embajada Británica celebra por todo lo detención la Burns Night

La Noche Burns del año pasado en la residencia de la Embajada Británica fue un acto difícil de seguir con su personal de estrellas: la embajadora Kirsty Hayes, nacida en Aberdeen, como la anfitriona perfecta que orquestó el evento y brindó por las damas, el brillante director teatral Peter Macfarlane brindó una interpretación extremadamente erudita. hechos de Robert Burns (1759-1796) y un complemento político muy histriónico Sam Gilbert (cuyos estudios en Cambridge encontraron tiempo para Footlights) haciendo casi todo lo demás, incluida la recital del 'Discurso a un Haggis' del poeta escocés y brindando por las muchachas.

Ninguno de los anteriores podría estar presente este año, aparte Macfarlane como invitado de saco; mala suerte para Kirsty Hayes en particular, ya que su innovación de honrar los dos grandes días del calendario escocés se ha estrecho a uno con el cambio de monarca desde entonces. El día de San Andrés cae ahora en el interior de la misma quincena que el cumpleaños vivo y obviamente tiene prioridad en las recepciones, pero sus suplentes estuvieron magníficamente a la cúspide de la ocasión. La presentación del Encargado de Negocios Bhavna Sharma fue seguida por una animada interpretación de 'Discurso a un Haggis' por parte del complemento adjunto de defensa, el Mayor Tim Ward RE, con un acento plausiblemente incomprensible de «Scots Wha Hae». Contar la demasiado corta vida del poeta fue tarea de Simon Chater, de la Embajada, cuyos modales secos, sin requisa, transmitían muy claramente que Rabbie Burns era todo un muchacho.

Para aquellos que no lo saben (menos de lo que uno podría pensar porque la computadora de este periodista le informó que Burns Night ocupó el segundo circunscripción entre los temas de tendencia del 25 de enero, por delante de “Harry y Meghan” en botellín circunscripción, por ejemplo), Burns Night marca el partida del poeta más afamado de Escocia, Robert Burns, y de éxito mundial gracias a 'Auld Lang Syne', el 25 de enero de 1759.

Este año el aniversario estuvo traumatizado por todo lo detención. El haggis se sirvió con mucho estética (no siempre es el caso) con los tradicionales “nippies and tatties” (nabos y patatas) pero con muchas otras cosas para picar y todo regado con una marca de primera marca de whisky escocés – este periodista no pudo comprobarlo si el mencionado embajador Mark Kent, ahora director ejecutante de la Scotch Whisky Association, tuvo poco que ver en ello.

Tanto la música de engorro como el bailete vinieron de la Asociación Sudamericana de Gaitas y los bailarines hicieron sus lanzamientos Highland (o 'Ceilidh' en gaélico) sobre claymores cruzados y la mayoría de los invitados se unieron. Todos pasaron un buen rato.

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