San Miguel

Dos marchas en San Miguel por Santiago Maldonado

Al igual que centenares de ciudades en todo el país, San Miguel dijo presente en la búsqueda de Santiago Maldonado, el joven desaparecido desde el 1 de agosto después de haber sido presuntamente detenido por participar de una protesta mapuche, en la provincia de Chubut. En San Miguel hubo dos marchas, la del viernes con el candidato de Unidad Ciudadana Franco La Porta a la cabeza y en simultáneo con la de Plaza de Mayo en la Ciudad de Buenos Aires. Y el sábado se hizo una marcha de la Plaza de San Miguel a la de Muñiz, en donde distintos oradores hablaron ya no solo de Santiago, sino de los incidentes registrados en Plaza de Mayo la noche anterior.

El viernes se realizó una charla de reflexión con el sacerdote Francisco Paco Oliveira y Gustavo Campana, autor de Prontuario, no hay neoliberalismo sin traición.

Veinticuatro horas después se desplegó otra marcha, convocada por distintos espacios políticos como Unidad Ciudadana, Libres del Sur y la Izquierda. Con una gran pancarta que rezaba: «¿Dónde está Santiago Maldonado?«, cientos de manifestantes marcharon por la Avenida Presidente Perón.

Había muchos niños y adelante de todos una pareja que llamaba la atención, tendrían entre 65 y 70 años. Cada uno tenía un cartel con la cara de Santiago. Ella se llamaba Marisa y él, Pedro Herrera, de profesión diplomático. «Somos peronistas y estamos acá porque sufrimos la dictadura, no queremos desaparecidos», dijo Herrera a El Sanmiguelino. «No lo queremos para nuestros hijos ni nuestros nietos», agregó la mujer compungida.

En la Plaza de las Carretas uno de los primeros en hablar fue Eduardo Vallese. Su padre, Felipe, fue un obrero metalúrgico y dirigente de la Juventud Peronista, secuestrado el 23 de agosto de 1962, durante el gobierno de facto de José María Guido. A Felipe Vallese se lo considera el primer desaparecido.

Vallese hizo una especie de comparación con la Campaña del Desierto de Julio Argentino Roca, alla por 1879: «Salieron a repartirse entre ellos (los poderosos) las tierras de los aborígenes. Hoy pasa lo mismo: nos quitan los derechos y la tierra. ¿A quién hemos votado?», se preguntó.

A unos metros lo escuchaban militantes de Movimiento Sur, Patria Justa, Patria Grande, Movimiento Barrios de Pie, MST y Libres del Sur. Además, estuvieron los concejales Bruno Baschetti, acompañado por su hijita; Juanjo Castro y Javier Coronel, todos del bloque Unidad Ciudadana.

Del MST, partido de izquierda, se destacó la unidad: «A pesar de las diferencias todo el país se preguntó y se sigue preguntando por el paradero de Santiago». Y agregó que como la marcha del día anterior había sido multitudinaria, del Gobierno nacional organizaron los incidentes que se registraron y dejaron un saldo de 30 detenidos. Ninguno de ellos -comprobó la Justicia después- tuvo que ver con la violencia desatada.

En este sentido, un militante del Partido Obrero, quien durante la marcha manejó la moto que trasladaba el sonido, también dijo que el Gobierno nacional «busca una salida violenta».

A poquitos metros, en la calesita de la plaza, había dos niñas que jugaban mientras daban la vuelta, miraban hacia la muchedumbre y saludaban. Había algo ahí que les llamaba la atención. También se escuchaba el canto de los pájaros.

Del Movimiento Sur, Mauricio habló de la urgencia de aplicar la convención internacional sobre desaparición forzada de personas y se quejó: «Muchas agrupaciones están tomando esto como marketing político». Y agregó que desde su espacio siempre se reclamó por Julio López y Luciano Arruga, cuyas desapariciones tienen que ver, por un lado: con militares condenados por delitos de lesa humanidad y en el segundo caso, con la Policía.

Uno de los últimos relatos fue el de Valeria Guardia, quien contó el caso de su hermano que está desaparecido desde la última dictadura cívico militar. «Nunca tuve la oportunidad de encontrarlo, es muy difícil», gritó a viva voz.

Por último cerró Pablo Moledo, uno de los organizadores de la convocatoria: «Es importante no claudicar en esta lucha y juntarnos cada vez que sea necesario. Fue un esfuerzo de todos. Sin el compromiso que los compañeros tienen con la memoria y la democracia esto no podría darse, como también la presencia de organizaciones sociales independientes y vecinos».

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