La Asociación Anahí conmemorará este jueves el cumpleaños 46 de Clara Anahí Mariani, la nieta de María Isabel «Chicha» Chorobik de Mariani, quien fundó esa entidad inspirada en la búsqueda de la niña que fue secuestrada cuando tenía apenas tres meses de vida en un operativo realizado en La Plata, durante la última dictadura cívico militar.
Este sábado la organización conmemorará, como todos los años desde la vuelta de la democracia, el «cumpleaños en ausencia» número 46 de Clara Anahí, nacida el 12 de agosto de 1976.
En el acto, que iniciará a las 15 en las puertas de la Casa Mariani-Teruggi se realizará una suelta de globos, uno por cada año de vida de Clara Anahí, y tendrá como expositores a la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, y al juez Alejo Ramos Padilla.
«Todos tenemos responsabilidad de buscar a Clara Anahí», señaló el magistrado Ramos Padilla sobre su vinculación con la causa comenzada por «Chicha» y remarcó que concurrirá «por el amor que le siento a ella», en referencia a Mariani, a quien destacó por marcar «un camino que no podemos dejar ni abandonar».
La búsqueda de Clara Anahí Mariani, quien cumpliría este viernes 46 años y fue secuestrada en un operativo de fuerzas conjuntas cuando apenas tenía tres meses de vida, continúa a través de la Asociación Anahí que mantiene la lucha de su abuela, quien intentó encontrar a su nieta «hasta el último día de su vida», en 2018.
El juez federal de LaPlata, Alejo Ramos Padilla, quien conoció a «Chicha» Mariani desde su infancia y fue su abogado durante los juicios por la Verdad, resaltó la figura de una de las fundadores de Abuelas de Plaza de Mayo y titular durante el período de 1979-1989, al señalar que «realmente fue una precursora» en la lucha por los derechos humanos en Argentina.
«Por eso es tan importante que siga existiendo la Asociación Anahí, para poder continuar con su legado y con su búsqueda, que no fue solamente la de una niña, que hoy ya tiene 46 años, sino que fue la búsqueda de todos los jóvenes» apropiados durante la dictadura cívico-militar, explicó el juez en diálogo con Télam.
El secuestro de Anahí
El 24 de noviembre de 1976, Clara Anahí Mariani fue secuestrada tras sobrevivir al ataque realizado en la casa de la calle 30 número 1134 en La Plata, en el que fueron asesinados su madre, Diana Teruggi, y cuatro compañeros de militancia de sus padres, luego de un ataque que duró cerca de cuatro horas.
Participaron en ese hecho represivo más de 200 efectivos del Ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires que era comandada por el entonces coronel Ramón Camps, quien era secundado por el genocida multicondenado y ex jefe de la Dirección de Investigaciones de la policía de Buenos Aires, Miguel Osvaldo Etchecolatz, recientemente fallecido.
Desde aquel día, «Chicha» Mariani intentó conocer qué había pasado con su nieta, su nuera, y su hijo, Daniel Mariani, que no se encontraba en la vivienda en el momento de la agresión pero fue asesinado tiempo después en agosto de 1977.
«Ni yo la elegí a ella, ni ella me eligió a mí. Nos eligió la vida», afirmó emocionada Elsa Pavón, que se sumó a Abuelas de Plaza de Mayo luego de conocer a Mariani en 1978.
Por aquellos días, Elsa buscaba a su nieta Paula Eva Logares, la cual fue restituida en 1984, en el primer caso en el que se utilizaron pruebas genéticas para recuperar a una niña apropiada durante la última dictadura cívico militar.
Pavón luego acompañó a Mariani en la creación de la Asociación Anahí en 1996, y entre las ambas alternaron en la presidencia de la organización «por una cuestión de cuidado». Actualmente, Elsa continúa ligada a la obra que impulsó «Chicha», fallecida en 2018.
«La búsqueda continúa», afirmó Pavón y confió que hasta el día de hoy siguen recibiendo consultas de mujeres que creen que pueden llegar a ser Clara Anahí.
«Las pistas que aparecen se siguen hasta llegar a los análisis», dijo en referencia a las pruebas que se realizan en el Banco Nacional de Datos Genéticos fundado en 1987, gracias a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo.
Por su parte, el biógrafo y escritor del libro «Chicha’, la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo» (2006), Juan Martín Ramos Padilla (hermano del juez federal), recordó la famosa fotografía de Clara Anahí con tres meses de vida, que formó parte de campañas promovidas por Mariani, y la consideró «un ícono» del secuestro de bebés que «sintetiza la mayor crueldad de la dictadura argentina».
«Uno dice chicos», reflexionó Pavón, mientras advirtió con suma rapidez, a sus 86 años, que los hijos de desaparecidos «tienen hoy entre 44 y 48 años» y luego, reconoció: «Para nosotras siguen siendo los bebés que nos llevaron».
En tanto, el juez Alejo Ramos Padilla consideró que aunque los nietos apropiados, «tengan 50 o 60 años» todos tienen «el derecho de conocer que hubo una abuela que los buscó, que nunca los abandonó y que siempre los quiso», y que también «sus padres eran militantes y peleaban por un país mejor».
«Nosotras pensábamos que si no nos encontraban de chicos, seguro que cuando fuesen a la Facultad y se enterasen de lo que había pasado, eran ellos los que iban a venir a nosotras», confió Pavón.
Y si bien efectivamente, afirmó que «hoy en día ellos salen a buscar su historia», se lamentó que en «en aquel momento, no calculamos» los efectos de «la crianza».
Además, Juan Martín Ramos Padilla consideró que no sólo es importante que Clara Anahí «aparezca porque no se conoce su verdadera identidad» sino porque «estamos hablando de una persona que fue buscada por su abuela hasta el último minuto de su vida».
También recordó que cuando Mariani murió se encargó de «dejar una estructura armada que sigue avanzando en esa búsqueda», en referencia a la Asociación Anahí.
«Cuando ‘Chicha’ se va (de Abuelas en 1989) hay un montón de gente que le pide que hiciera algo», contó Pavón recordando el surgimiento de la organización, y aclaró que la expresidenta de Abuelas, quería trabajar «sobre la identidad».
Sin embargo, remarcó que la condición que había puesto Mariani era que se desarrollara un trabajo que fuera más allá de las problemática de las apropiaciones perpetradas durante la última dictadura cívico militar porque Mariani no quería crear «un Abuelas» que funcionara de forma paralela.
Además de ayudar en la búsqueda de su identidad a cualquier persona que se acerque, la Asociación realiza visitas guiadas a la vivienda de la calle 30 que se ha constituido en el Sitio de Memoria Casa Mariani-Teruggi, y fue conservado tal cual como quedó tras el ataque en 1976.
Consultado sobre la posibilidad de que surja nueva información para encontrar a la nieta de Mariani, el juez Ramos Padilla sostuvo que tendría «que aparecer algún otro elemento más», ya que «Chicha recorrió todos los caminos».
En ese sentido, señaló que «Etchecolatz era una línea muy directa» y se lamentó de que se fuera «a la tumba sin decir qué había pasado con Clara Anahí».
A la vez, insistió sobre el legado de Mariani, y resaltó que al mismo tiempo que «buscaba a su nieta, buscó a otros nietos» y que a la par, «logró que Etchecolatz fuera preso por el ataque donde había matado» a su hijo y a su nuera.
